unnamedEste fallido proyecto de crear un coche eléctrico en Euskadi, desarrollado por un grupo empresarial vasco y el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), obtuvo una subvención de unos 15 millones de euros del Ministerio de Ciencia y Tecnología del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y otros 2,7 millones del Gobierno Vasco.

Este proyecto y el de Epsilon, consistente en crear un coche para competir en la Fórmula 1 y que también fracasó, fue objeto de una comisión de investigación en el Parlamento Vasco, que en su dictamen final atribuyó responsabilidades políticas a personas del PNV que ocupaban cargos en el Gobierno Vasco y en las tres diputaciones forales en 2007.

Este mismo mes se ha sabido además que el Tribunal de Cuentas del Estado fiscalizará a lo largo de 2015 las ayudas públicas que recibieron ambos proyectos, unos 48 millones de euros en el caso de Epsilon, y cerca de 17 para el coche eléctrico Hiriko.

Una vez cerrado este caso paralelo sobre las patentes, la Fiscalía se ha centrado en la investigación sobre el propio proyecto de Hiriko y ha interpuesto una querella criminal contra “los responsables de las diversas asociaciones y entidades mercantiles” relacionadas con el mismo.

Cuando se presentó el proyecto se citó como promotores del prototipo de coche eléctrico a Afypaida (Asociación para el Fomento y Promoción de Actividades Industriales y Deportivas de Automoción) , junto a las empresas Guardian, Sapa, TMA, Forging Products, BRW-Basque Robot Wheels, Ingeinnova y Maser Mic, coordinadas todas ellas por Denokinn, el Centro vasco de Innovación, Emprendizaje y Desarrollo de Nuevos Negocios con sede en Bermeo (Bizkaia).

Denokinn había recibido 3 millones de euros de subvención de la ministra socialista de ciencia e innovación, Cristina Garmendia y antes de Hiriko ya había protagonizado otro fiasco de fábrica en Bermeo, apoyado por el entonces alcalde de Mundaka y actualmente candidato a Diputado General de Bizkaia por el PNV,  Unai Rementería.

El prototipo del coche eléctrico biplaza, plegable al aparcar, con tracción y dirección a las cuatro ruedas y una autonomía superior a los 100 kilómetros, fue presentado ante la Comisión Europea en Bruselas en enero de 2012 y se decía que en 2013 estaría preparada la primera cadena de montaje para iniciar la producción, a razón de 7 a 8 unidades a la hora, cuyo precio para particulares rondaría los 12.500 euros.

El proyecto fue uno de los estandartes de la tecnología vasca del futuro y se firmaron distintos acuerdos internacionales para su distribución, pero finalmente no se llegó a comercializar ni a concluir su desarrollo al alegar problemas presupuestarios. Ahora un Juzgado de Vitoria desarrollará la investigación tras la querella de la Fiscalía, al tiempo que el Tribunal de Cuentas fiscalizará las ayudas públicas que recibió.

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