En paralelo asistimos a una nueva ofensiva de economistas, presidentes de bancos y cajas, plumillas del capital y gobernadores de instituciones oficiales que vuelven a la carga contra el eslabón más débil del sistema, los trabajadores y trabajadoras, reclamando nuevas reformas laborales, de la Seguridad Social y de las pensiones que se nos venden como recetas indispensables para salir de la crisis y para el mantenimiento del sistema público de pensiones.
El gobernador del Banco de España, en su línea habitual de vocero neoliberal, reclama de nuevo libertad absoluta para llevar a cabo estas reformas estructurales, amenazando con la insostenibilidad del sistema, para obligar a los trabajadores y trabajadoras a aumentar los años de cotización necesarios para poder cobrar una pensión pública. Además se hace eco de las recomendaciones del FMI en torno a la necesidad de moderar los salarios de los trabajadores, que no el suyo propio, para reducir costes empresariales.