Ayer día 8, otro barrendero de Alcalá ha fallecido por la mierda del virus éste. No saldrás en televisión, ni contabilizarás como trabajador esencial, ¿sabes por qué?, porque no eras sanitario, ni Guardia Civil, ni policía y tampoco repartías mascarillas en las paradas del bus.
Sólo eras un barrendero, un buen barrendero, un trabajador de la limpieza al cual no daban tregua los vecinos, al que decían que también aplaudían desde los balcones por jugarse la vida por ellos, y que al día siguiente esos que aplaudían te llamaban vago y te decían que recogieras los guantes infectados que ellos mismos tiraban, porque para eso pagaban impuestos, así nos sentimos todos los trabajadores de la limpieza…y hoy mucho más.
Descansa en paz Elíseo y busca a Celestino allí donde esté, seguro que se habrá hecho delegado celestial y te ayudará, los dos os lo merecéis. Aquí en la tierra seguiremos siendo la última mierda para todos, ni tan siquiera un puto test nos merecemos, pero hay una cosa que a lo mejor el resto de personas no saben,
LOS BARRENDEROS TENEMOS CORAZÓN Y SOMOS HUMANOS, y cuando un compañero fallece, lloramos y nos sale esa rabia pensando que posiblemente podíamos haber hecho más por salvarle, aún sabiendo que más no se puede hacer.
En fin, descansa en paz compañero, nosotros desde aquí abajo nos acordaremos mucho de ti, y seguiremos haciendo lo que tú hacías… trabajar para esos “que nos aplauden desde sus balcones”.
Que puta vida esta y que poco justa es. Un fuerte abrazo para todos mis compañeros, seguiremos jugandonos la vida.
DEP
