Esta película nos muestra el modo de operar de los especuladores financieros, lo que son capaces con el fin de saciar sus ansias de enriquecimiento sin escrúpulos y provocar una crisis global, con la ruina y el expolio de millones de personas. Estos locos insaciables aparecen en el documental sin expresión mínima de remordimiento, pero sí con una sorprendente arrogancia ante la cámara, solo entendible si imaginamos un sistema tan viciado de por sí que convierte lo anormal en normal, el delito en virtud, donde el poder académico se implica para justificar esta barbarie.
Todos ellos han salido bien parados, sin verse siquiera delante de un juez, socorridos por un Estado (Obama), que además de pagar las deudas, a algunos los ha premiado con puestas en la cumbre financiera del Estado. Pero esto no es solamente ha pasado en EE.UU., este fenómeno se ha dado en mayoría de los países occidentales, incluido España, la imagen de la reunión de Zapatero con los grandes empresarios y financieros, nos muestra quien manda en Estado, al servicio de quien está y quienes vamos a pagar esta crisis.