«Yo le voy a felicitar por lo bien que lo está haciendo», dijo Botín en el encuentro de los empresarios más importantes del país con el presidente del gobierno Mariano Rajoy, que tuvo lugar ayer en la Moncloa, y es que a las grandes fortunas, les va, pero que muy bien: A finales de 2011, el valor de las participaciones que tenían en empresas del Ibex apenas superaba los 35.000 millones de euros. Hoy, ronda los 60.000 millones (diez billones de las antiguas pesetas), lo que supone una subida del 67% en menos de dos años y medio.
¿Cómo lo han conseguido estas empresas durante la durísima crisis que padecemos?
En primer lugar especulando. Los bancos han obtenido enormes beneficios, gracias a que el BCE les presta al 1% ,un dinero que después dedican a la compra de deuda griega, española, irlandesa o portuguesa con rendimientos entre el 5% y el 12%.
En segundo lugar por los favores de los distintos gobiernos. Ayudas directas a estas grandes empresas. Ayudas indirectas como a las eléctricas por la actual política tarifaria. Los grandes consumidores energéticos cobran de media 500 millones de euros al año por permitir que se interrumpan sus procesos industriales, si hay picos de demanda o riesgo de colapso en el sistema. La posibilidad de deshacerse de los llamados activos tóxicos (inmuebles) con la creación del banco malo, etc.
En tercer lugar por las políticas y leyes injustas decretadas. Las distintas reformas laborales por las cuales han podido cambiar trabajo digno por precario y a la vez recortar en más de un 10% los salarios. Los beneficios obtenidos por la privatización de empresas públicas y de servicios públicos rentables. Las empresas del Ibex 35, en el último año han perdido 130.000 puestos de trabajo.
En cuarto lugar por la bajada de impuestos. Desde 1980 no han dejado de bajar los impuestos. Las grandes empresas pagan una media del 5% sobre los beneficio. Según el New York Times, el fraude fiscal es muy común entre las grandes familias, las grandes empresas y la gran banca. El fraude fiscal en estos sectores es enorme. Según la propia Agencia Tributaria española, el 74% del fraude fiscal se centra en estos grupos, con un total de 44.000 millones de euros que el Estado español (incluido el central y los autonómicos) no ingresa. Una de las causas de que no se persiga el fraude fiscal, es la influencia y poder de estas empresas.