Estamos convencidos de que todos y todas nos hacemos muchas veces esta pregunta, con total sinceridad ante la problemática genérica del mundo laboral y concreta de nuestra empresa. Sobre todo, en esos momentos en que nos sentimos ahogadas, ahogados por no dar abasto, porque desde todas las partes tiran de nosotros, porque, cuando menos lo sospechamos nos piden algo más.

Siempre cerramos algo más de lo debido los ojos, para continuar adelante. ¡Es inevitable! Verlo todo, a veces, te deja “cegado” y te resulta imposible dar un nuevo paso. Por eso, la inmensa mayoría de la plantilla somos conscientes de que tragar, tragamos y buscamos que lo tragado no se nos atragante, no nos ahogue. Con eso, vamos tirando.

Cuando parecía imposible que nos quitaran más plantilla en la oficina, resulta que alguien cae “malo” y no le sustituyen. Cuando arrancamos una dura mañana con objetivos difíciles, la tecnología nos recuerda que no suele estar a la altura y golpea. Cuando estamos hartos de tanta evaluación, catalogación, etc, nos encontramos apuntados, inexcusablemente, a 3 nuevos cursos digitales que nos dicen debemos hacer sí o sí. El día que estamos más enfadados con la perorata por el ranking, nos hacen ver que no hemos cogido los libretones para casa y la familia. Si leer la cifra de los niveles de miseria y pobreza crecientes en nuestra Sociedad nos toca esta mañana un poco el corazón, nos pondrán un becario en la oficina para que saque tarea e interioricemos que la Sociedad está aquí mismo y la hacemos entre todos y todas. El mes en que se nos concentran las peores facturas de seguro, impuestos, colegio, etc, y estamos que trinamos, nos dicen que el DOR se quedará en la mitad y, antes de quejamos, nos enfadamos al comprender que quien nos lo cuenta tiene una mitad que son 10 veces nuestro entero…

Es hora de que interioricemos EL PODER DEL NO. En toda la historia de la humanidad, el poderoso ha crecido, se ha impuesto sobre el débil y desde ese ejercicio ha diseñado la Sociedad de la época. El derecho de “pernada”, la gleba, el trabajo infantil, o cualquier otra cuestión que nos parezca desde hoy tan horrenda, se ha impuesto del mismo modo. Y, cualquier opresión, ha comenzado a temblar, cuando quienes la padecen, se hacen conscientes precisamente de que la padecen y la padecerán SIEMPRE y, por más que pretendan adaptarse, jamás será posible adaptarse a tal opresión, puesto que con cada gesto de aceptación, el opresor se fortalecerá. Sólo desde esa interiorización, nace la fuerza del NO. Siempre hay quien empieza a decir NO y el NO se va multiplicando hasta alcanzar la cifra crítica (por cierto basta con que sea pequeña), que logra cambiar la relación de poder y su opresión. Miremos hacia atrás y veamos que en cualquier época reciente o pretérita, la esencia del proceso, ante grandes cuestiones y ante pequeños dramas, es ésta. Y esto se da en todo ejercicio de poder, sea laboral, familiar, machista, psicológico o sexual, etc.

Los Sindicatos estamos para marcar la raya legal en cada caso: Lo que nos deben pagar fijo de Convenio. La jornada legal diaria (8 o 7h. y 45m). El horario exigible por la empresa. La obligación de ordenamos fehacientemente el cambio de función o el traslado reflejando la motivación legal para ello. Las funciones que corresponden a cada Categoría profesional.

También es nuestra función dar contenido argumental al bien colectivo: La repercusión de la precarización de nuestro trabajo mediante la subcontratación tanto para el precarizado como para nuestra estabilidad. La destrucción de empleo que evidencian las cifras de plantilla en BBVA con una cuota de mercado creciente. La puntiaguda pirámide retributiva en que se ha convertido una Masa Salarial con el 50% de Retribución Extra no regulada. El atentado contra el empleo y el fraude social que representa una jornada habitualmente prolongada, regida por la “tarea” en lugar de por la jornada máxima.

Porque el que pide es siempre insaciable, ¡no nos confundamos! Tu mayor aportación, comienza en decirle ¡NO! Es mucho más fácil de lo que parece en principio y no pasa realmente nada, más allá de una primera sensación de enfrentamiento para dar pie a una benéfica sensación de serenidad y crecimiento de la autoestima. Di conmigo, con nosotros ¡NO! A lo que no quieres y te molesta. Todo empezará a mejorar. Todo es difícil hasta que empieza a ser sencillo.

Revista Al abordaje! de CGT en  BBVA

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