El crecimiento económico ilimitado que pregona el sistema económico capitalista nos ha llevado a la situación de crisis integral y sistémica actual. Al contrario de lo que tratan de hacernos creer esta crisis no es únicamente financiera, tiene múltiples dimensiones (social, económica, de valores, de cuidados…), y entre ellas la ecológica es cada vez más grave y significativa.

Asistimos a diario a los dictámenes de un mercado que excluye,  oprime  y esclaviza a la mayor parte de la población del planeta por un lado, saqueando los recursos naturales de los  pueblos y por otro contaminando los entornos naturales  que constituyen su medio de su subsistencia, provocando de ésta manera el desplazamiento forzoso de comunidades enteras desde las zonas rurales hacia las grandes urbes, abocándolas a círculos de miseria y exclusión.

Un ejemplo claro de ésto es lo que están viviendo en la Amazonía ecuatoriana, donde la transnacional petrolera REPSOL presiona al Gobierno de Correa para explotar el subsuelo del Parque natural de Yasuní, Reserva de la Biosfera, un territorio virgen en el que se da una de las biodiversidades mas altas del planeta y  hogar ancestral de pueblos indígenas en aislamiento voluntario.

La otra cara de la moneda de la destrucción del medio ambiente podemos verla aquí, cerca de nuestras casas, en Muskiz, donde se encuentra una de las mayores refinerías de la península: PETRONOR, propiedad de Repsol. Construida sobre unas marismas, desde la concesión firmada por Franco, poco a poco e ilegalmente, ha ido ocupando el pueblo con la complicidad directa de los sucesivos gobiernos y el interés lucrativo de la BBK – importante accionista de la misma. A día de hoy, PETRONOR carece de detectores de contaminación en los focos de emisión, no sabemos qué nos obligan a respirar, pero sí podemos ver sus efectos en la salud de la gente de la zona: mayor mortalidad por cáncer y más enfermedades respiratorias y cardiovasculares respecto a otras zonas de Bizkaia. Paradójicamente, mientras la empresa utiliza el chantaje de los puestos de trabajo para meter miedo a los trabajadores y la población, el paro en Muskiz se ha duplicado. Desde hace tres años, Muskiz lucha contra la ampliación de la refinería con una planta de Coke (carbón de petróleo), o lo que es lo mismo: más lluvia ácida, más dióxido de carbono, más polvo de cloro, más enfermedades respiratorias, más cáncer, más alergias. En 2012 vence la concesión de los terrenos de Dominio Público que ocupa Petronor, por lo que el horizonte más próximo es recuperar la marisma y obligarles a descontaminar las tierras.

Este 22 de abril celebramos el Día de la Tierra, un día para la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la educación ambiental, y a la participación como ciudadanos ambientalmente conscientes y responsables. También es un día para la reflexionar sobre el modelo mercantilista de planeta que nos estamos dejando imponer, donde todo se monetariza y la globlalización neoliberal campa a sus anchas, destruyendo sociedades, culturas, ecosistemas, personas, generando terror y muerte, injusticias, pobreza, agotamiento de recursos naturales, etc. Debemos ampliar las miras, extender nuestras reivindicaciones a todos lo niveles, pues el ataque no es solo de carácter ecologico. Urge una cambio de sistema que ponga por delante a las personas y el planeta en el que vivimos, y no los intereses economicos de unos pocos.

 

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