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Entrevista a Elena Idoate: ‘Sin que cambien las prioridades de la sociedad, las mujeres no tendremos una emancipación’

por Juan

Entrrevista a Elena Idoate, miembro del Seminario de Economía Crítica Taifa, sobre la feminización de la pobreza desde el Centro Okupado y Autogestionado La Semilla, El Prat de Llobregat.

Hay menos mujeres con un trabajo remunerado que hombres, la brecha salarial es aún una realidad bien visible y las pensiones a las que acceden ellas son, de media, miserables. Nos acercamos al Centro Okupado y Autogestionado La Semilla, El Prat de Llobregat, para hablar con Elena Idoate, miembro del Seminario de Economía Crítica Taifa, sobre la feminización de la pobreza. Un concepto multidimensional con el que también se abordan cuestiones como las tareas de cuidados, que recaen casi siempre en las mujeres.

Ser mujer es el factor que en todo el mundo más incide en la posibilidad de que una persona sea pobre. ¿Por qué?
Las mujeres tienen más posibilidades estadísticas de ser pobres por su rol en la sociedad capitalista-patriarcal, que implica estar en casa haciendo trabajos no remunerados de cuidados y reproducción de la vida. Además, tradicionalmente, y aún hoy, tienen una menor participación en los circuitos de producción en que el trabajo está remunerado. El proceso por el que en una sociedad capitalista se genera pobreza es la explotación del capital sobre el trabajo y la concentración de la riqueza en pocas manos. La discriminación de género hace que las mujeres accedan al mercado de trabajo con una explotación mayor. En gran parte, se incorporan con la mercantilización de trabajos que ya estaban feminizadas, por ejemplo relacionadas con el cuidado de las personas. A ello se suma la llamada conciliación, por la que la mujer todavía es casi la única responsable de la reproducción de la vida en el hogar. Por todo ello, la mujer tiene una relación con interrupciones con el mundo laboral, porque entra y sale en función de las nuevas necesidades que adquiere su familia, o se incorpora con contratos a tiempo parcial.

Más allá del mayor porcentaje de mujeres con trabajos a tiempo parcial, la brecha salarial es muy marcada y esto se traduce en unas prestaciones sociales, sobre todo pensiones, muy inferiores. 
No es sólo que la brecha salarial comporte un diferencial en las pensiones, sino que el propio sistema en sí mismo amplía esta brecha porque está diseñado pensando en el modelo de una vida laboral larga con sueldos crecientes. Además también penaliza situaciones como cotizar menos años o no tener una cotización continua, hechos que afectan mayoritariamente a las mujeres. El sistema de pensiones no es neutral y las contra que se han hecho todavía las penaliza más.

¿ La crisis ha acentuado la feminización de la pobreza ?
Durante la crisis había estadísticas que indicaban que la brecha entre hombres y mujeres se cerraba, pero no para que mejorara la situación de las mujeres, sino porque el impacto en la destrucción de desempleo fue mayor en sectores muy masculinizados, como el de la construcción. Por un lado, la recuperación económica, como siempre, prioriza situaciones masculinas y ahora el paro entre los hombres ya vuelve a ser más bajo. Por otra parte, el hecho de encontrar crisis en el capitalismo provoca más situaciones de pobreza y consecuentemente, la provisión de determinados bienes y servicios, muchas personas ya no la pueden hacer en el mercado porque se les ha reducido el sueldo o se han quedado sin trabajo; ni a los servicios públicos, que han sufrido recortes. Y en última instancia, el hogar: son sobre todo las mujeres,

Desde la izquierda, como se debe abordar la cuestión?
Pienso que la feminización de la pobreza puede ser una idea muy potente en tanto que seamos capaces desde los movimientos sociales y políticos de poner en la vanguardia de los programas y de las reivindicaciones las situaciones de las mujeres pobres. Su día a día y el hecho de ver cómo sobreviven a esta rutina, creo que es básico para entender qué mejoras necesita el conjunto de la sociedad y donde está el conflicto, ya que muchas veces esto no es visible. Históricamente hemos tendido a formular el conflicto de clases en clave de lucha sindical en unos centros de trabajo muy masculinizados y, en cambio, no se ha valorado ni económica ni social el trabajo de las trabajadoras de la limpieza. El trabajo del hogar tampoco es valorada.

A corto plazo, que se puede hacer para afrontar esta situación estructural?
El corto plazo puede que nos lleve a conformarnos con parches. Sin que cambien las prioridades de la sociedad ni la estructura de poder, las mujeres no tendremos una emancipación. Es innegable que hay mujeres que están viviendo una situación bastante límite y necesitan ya cualquier recurso a su disposición para mejorar sus condiciones materiales de vida. Es obvio que todo lo que las pueda ayudar es necesario. Ahora bien, creo que en clave de igualdad todas las políticas deberían tener una visión para ir más allá y una cierta capacidad transformadora. No podemos limitarnos a meter parches porque no hay otra cosa. Por ejemplo, habría que cambiar cuestiones como llevar a cabo unas políticas sociales que encasillen las mujeres a desarrollar las tareas de cuidados. Las mujeres deben poder elegir y no estar impuestas a este rol. En definitiva,

Entrevista realizada per Marc Font publicada al diario Jornada
https://www.diarijornada.coop/sense-que-canviin-les-prioritats-de-la-societat-les-dones-no-tindrem-una-emancipacio/

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