El Tratado Económico y Comercial entre la Unión Europea y Canadá, (CETA), se encuentra en la fase final de su proceso de ratificación. Estuvo a punto de quedar bloqueado en el Consejo Europeo por la negativa del Parlamento de la región belga de Valonia a dar el visto bueno a su aprobación, pero finalmente las numerosas presiones internacionales forzaron a los belgas a aceptar el tratado.
La comisión de empleo del Parlamento Europeo el pasado 8 de diciembre ya dijo NO a este tratado y esperemos que otras comisiones sigan sus pasos.
En la siguiente fase del proceso, el acuerdo en su totalidad será votado en el pleno del Parlamento Europeo, en los primeros días de febrero. En caso de ser ratificado, amplias secciones del tratado comenzarían a aplicarse provisionalmente, antes de la ratificación final por parte de los parlamentos nacionales y regionales (38 en total y en el caso de que alguno no lo ratifique el acuerdo quedaría eliminado).
El CETA ha sido cuestionado por amplios sectores de la sociedad civil, tanto en la Unión Europea como en Canadá por no ofrecer garantías respecto a la protección del medio ambiente y los derechos fundamentales de las personas. En la Unión Europea, más de 3,5 millones de personas han firmado una petición en contra del CETA y su tratado gemelo, el TTIP, que negocian Estados Unidos y la Unión Europea.
A pesar de que varios anexos y “declaraciones interpretativas” han sido añadidas al CETA a posteriori para tratar de sumar apoyos, estos textos no modifican sustancialmente el acuerdo, que continúa presentando numerosos problemas tales como los tribunales paralelos, la pérdida de puestos de trabajo, la no defensa del medio ambiente, etc. etc.
Por estos motivos, las organizaciones que formamos parte de la campaña NO al TTIP, CETA, TiSA convocamos un día de movilizaciones en todo el territorio el 21 de enero; mostramos nuestro rotundo rechazo a este acuerdo comercial, y conminamos al Parlamento Europeo, al Parlamento canadiense y a los parlamentos nacionales, provinciales y regionales, que tienen voz y voto en el proceso de ratificación, a defender los derechos y los intereses de las poblaciones que representan contra las amenazas que implica el CETA, votando en contra de la ratificación del tratado. Instamos al Parlamento de Gasteiz a que se posicione claramente en contra del TTIP y CETA, siguiendo el ejemplo del Parlamento de Navarra que ya se posicionó en contra tanto del TTIP como del CETA.
Los intereses comerciales no pueden estar por encima de la democracia, los derechos de las personas y del planeta. Por eso decimos:
¡No al CETA! !No al TTIP! LOS PUEBLOS DECIDEN.