La Seguridad Social registra números rojos desde 2011 y la situación no parece mejorar. La afiliación crece a buen ritmo (3,4% hasta junio), pero los ingresos no lo hacen igual (0,77%).
Para este año la Autoridad Fiscal española pronosticó un agujero en la Seg. Social similar a 2014. Es decir, un 1,1% del PIB (más de 11.000 millones). En su «recuperación» de la economía, las menores bases de cotización y la pujanza del empleo más precario restan ingresos al incremento de cotizantes. Las tarifas planas para autónomos y para la contratación indefinida, como iniciativa al empleo, pero que no se compensan con dinero procedente de impuestos, también pesan en los in gresos de la Seguridad Social.
El Ejecutivo ha tenido que recurrir desde 2012 al Fondo de Reserva. En tres años y medio, se han consumido 45.828 millones de ahorro acumulado de nuestras cotizaciones.
Mientras la Tesorería de la Seg. Social ha venido presentando superávit (hasta el 3% del PIB), su remanente se dedicaba a pagos del Estado fuera de la Seg. Social, evitando así hacerlo con Impuestos. Las medidas reductoras de gasto acordadas por todos los partidos políticos en el Pacto de Toledo, se aplicaron inmediatamente, mientras que las que suponían llevar a impuestos algunos gastos (pensiones no contributivas), o crear la «Hucha» de las Pensiones, sufrieron años de retraso, hasta darse el caso en el que en ningún ejercicio se ha llevado íntegro el superávit de la Seguridad Social al Fondo de cobertura para las Pensiones, tan sólo siempre una parte del superávit y el resto a gasto corriente del Estado
Ahora que su crisis y Reforma Laboral acarrean déficit en la Seguridad Social, volverán a declarar insostenible el Sistema pero fundamentalmente para nuevos recortes en prestaciones