En declaraciones a través de EITB y de El Correo, la Sra Arantza Tapia, Consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco -en este momento en funciones y que probablemente repita en el nuevo gobierno de Gasteiz- estos dos últimos días nos ha dejado dos mensajes de cuáles son sus propuestas para continuar con una dura política neoliberal que proteja los intereses sobre todo de las multinacionales y grandes empresarios.
Declaraba, por un lado, que por desgracia ”tenemos que aceptar la realidad, tras la pandemia, de que haya nuevos cierres de empresas y despidos masivos como los que estamos conociendo en las últimas semanas”. Por otro, sugería que “hay que rebajar los salarios para mantener la productividad de las empresas y el empleo”.
No ha citado ni en una sola ocasión la necesidad de una reforma fiscal que grave a los beneficios de los bancos, las multinacionales, grandes empresarios, altas rentas o patrimonios, para mejorar las arcas públicas y poder destinar partidas públicas para mejorar las condiciones de sanidad, educación y otros servicios sociales que generarían un amplio número de empleos. De igual modo, tampoco se plantea desde los presupuestos públicos promocionar un nuevo sistema productivo acorde con los problemas y retos ecológicos que nos plantea el calentamiento global y el deterioro de la naturaleza, condiciones cada día más ineludibles para nuestra vida y la de las generaciones venideras.
A Arantza Tapia, sólo le interesa salvar a la banca, a las multinacionales y grandes empresarios, garantizando sus beneficios, cargando aún más sus sacrificios a las clase trabajadoras y populares, con menos empleo, más paro y con unos salarios de miseria.
Obviamente, con este tipo de medidas los ingresos por cotizaciones a la seguridad social cada vez van a ser menores, y las deudas de esta van a servir de coartada para justificar el recorte de las pensiones.
Este tipo de declaraciones no las hizo por casualidad antes de las elecciones del 12 de julio. Da la impresión de que Arantza Tapia se siente ahora más envalentonada tras la previsible formación de un nuevo gobierno en Gasteiz de alianza entre el PNV y el PSE-EE – hegemonizado por el primero de estos partidos- y con una mayoría absoluta parlamentaria que le permita aplicar el rodillo a cualquier otra alternativa de izquierda, dispuesta a defender de un modo soberano los intereses de las clases trabajadores y populares en la CAV y en el conjunto de Euskal Herria.
Movimiento de Pensionistas de Bizkaia