La llaman economía cooperativa cuando es una “economía capitalista rentista“. Este modelo de negocio de las plataformas digitales, vinculado a empresas en su mayoría de EE.UU., actúan desde paraísos fiscales aprovechando el vacío regulatorio a nivel laboral y fiscal, para acumular enormes cantidades de dinero, sin exponer nada y sin pagar impuestos, produciendo enormes daños en los sectores que operan, donde las personas usuarias acceden a unos servicios más baratos actuando son cómplices si darse cuenta.
Estas plataformas de falsa “Economía Colaborativa”, en realidad son empresas basadas en internet, que mediante una aplicaciones conecta a propietarios de coches (Uber) o de apartamentos turísticos (Airbnb) con clientes, facilitando el transporte barato y el alojamiento.
Uber es un gigante que conecta pasajeros con conductores propietarios de automóviles. En solo cuatro años de existencia ya vale 18.000 millones de dólares y opera en 132 países. Su éxito ha chocado de frente en Europa contra el mundo del taxi, que le acusa de competencia desleal.
Así, el día 16 de Marzo, todo el sector del taxi de Madrid y Barcelona fueron a la huelga en protesta contra las prácticas “ilegales” de las plataformas digitales y por la “inactividad de los Ayuntamientos” respecto a las empresas de vehículos de arrendamiento con conductor. El paro del sector del taxi, tiene como objetivo la denuncia del modelo de negocio de las plataformas Uber y Cabify, amparadas por la falta de regulación, fomentan un nuevo modelo de capitalismo digital, de gran poder acumulativo sin riesgo, sin personas empleada, sin seguros, sin infraestructura, sin coches, sin impuestos, etc. , .
Airbnb es una plataforma de alojamientos para particulares que surgió en 2007, y ya ha encontrado cama a 10 millones de personas . España es el tercer mercado más importante del mundo para la compañía, con más de 57.000 propiedades. En Barcelona ofrece 30.000 camas y obtiene un 12% de los alquileres que logra contratar.
Esto está dando lugar en varios barrios de ciudades turísticas lo que se conoce por “gentrificación” o desplazamiento de los vecinos tradicionales en los barrios que se ponen de moda, dando lugar a la intervención de los fondos de inversión, comprando inmuebles enteros para convertirlos en pisos de lujo, sube tanto el coste de vida que los vecinos son desplazados por turistas y otros ciudadanos con mayor poder adquisitivo, convirtiendo estos barrios en áreas de negocio.
Estas plataformas, son la puerta del liberalismo salvaje, que con el beneplácito de la Unión Europea, avalado por los acuerdos de libre comercio, como el recientemente aprobado por el Parlamento Europeo entre la Unión Europea y Canadá (CETA), basados en la filosofía de la total libertad de mercado, están hundiendo barrios tradicionales y sectores como la hostelería y el taxi, con la precarización laboral y la pérdida de miles de puestos de trabajo estables.
