Las últimas semanas han estado marcadas por negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos. A las ya tensas negociaciones sobre la Reforma laboral ahora se suma la negociación sobre la ley de seguridad ciudadana, más conocida como “ley mordaza”.
Respecto a esta negociación, Unidas Podemos ha anunciado este viernes haber llegado a un acuerdo con el PSOE sobre uno de los puntos que parecían más conflictivos en la negociación de esta ley. Según ha anunciado Unidas Podemos el acuerdo al que han llegado es el de retirar del texto la disposición que legitima los rechazos en frontera, lo que se conoce como “devoluciones en caliente”.
Por su parte, el PSOE, que hasta ahora se resistía a omitir este punto de dicha ley bajo el argumento de que el Tribunal Constitucional había avalado esta práctica, no ha confirmado el acuerdo anunciado por Unidas Podemos, es más, ha expresado que no puede darse por cerrado ese punto tras el anuncio de UP.
La negociación gira en torno a la omisión de las devoluciones en esta ley, no en el hecho de terminar realmente con esta práctica tan cuestionada por los movimientos sociales y activistas por los derechos de los migrantes. Si termina concretándose el acuerdo, que está por ver, el debate se trasladaría a una futura e hipotética reforma de la ley de extranjería, o se metería en el fondo de un cajón posponiéndola para un futuro incierto como ha ocurrido con muchas otras cuestiones prometidas por el Gobierno de coalición y por Unidas Podemos.
Más allá de la omisión de las devoluciones en caliente, tras la negociación no hay muchos cambios en la Ley mordaza. No es de extrañar que Unidas Podemos haya puesto el eje de sus anuncios en una omisión, puesto que es su mayor “logro” si se quiere pensar así. Más allá de eso la Ley mordaza queda prácticamente igual a como la planteó el gobierno de Mariano Rajoy.
Salvo pequeños “ajustes” o “sugerencias” que no restan en lo más mínimo el enorme avance que supuso esta ley sobre los derechos democráticos esenciales la ley queda prácticamente intacta. Algunos puntos del acuerdo son suprimir la prohibición de la toma y difusión de imágenes de agentes de las Fuerzas de Seguridad en manifestaciones u operaciones policiales sin su autorización; así como “garantizar” el derecho de reunión de manera que, en ningún caso, la ausencia de comunicación previa impida el ejercicio de este derecho siempre que sea de forma pacífica; y en lo referido a las multas, han trasmitido que hay un acuerdo en que la cuantía deberá “reducirse” cuando sean “excesivas” y, en todo caso, “aplicarse siempre criterios de proporcionalidad vinculados a la capacidad económica del administrado“. Toda una lista de sugerencias que queda bastante abierta a la interpretación del juez, dicho sea de paso.
En una artículo reciente sobre el carácter represivo del Gobierno de coalición apuntábamos que “En 2015, el Gobierno de Mariano Rajoy sacó adelante la conocida como “ley mordaza” por suponer un claro instrumento de represiva. El resultado de estos más de 6 años de vigencia son 1.4000.000 multas, de las cuales, la gran mayoría no fueron impuestas en los 3 años que recorrió el Gobierno de Rajoy tras su entrada en vigor, sino que la mayoría han sido impuestas en los dos últimos años, bajo el Gobierno “progresista”. En estos dos últimos años con la pandemia, el estado de alarma y las medidas del confinamiento, la “ley mordaza” ha sido la base para aplicar cientos de miles de multas y sanciones.”
El Ministerio de Marlaska y el PSOE nunca tuvieron voluntad de derogar esta ley, sino más bien de apoyarse en ella. No obstante, en estos años Unidos Podemos no ha dicho nada sobre esta la situación coercitiva, ni de los cientos de miles de multas impuestas bajo su gobierno, ni por supuesto de las devoluciones en caliente que ahora consiguen patear hacia otra ley.
La ley mordaza es un sapo más que traga Unidas Podemos que se suma a la corrupción de la monarquía, la reforma laboral, el dominio de las eléctricas, la ley de vivienda…
Está claro que no se va a terminar con los ataques más escandalosos hacia la juventud, lo migrantes, las mujeres y los trabajadores bajo la negociación entre PSOE y UP. El descrédito de Gobierno comienza a estar más presente tras los últimos acuerdos sobre las cuestiones más sangrantes, más allá de la retórica con la que los quieran presentar.