Tomamos la palabra, una vez más, en este 25 de noviembre para denunciar la violencia machista. Porque ‘oficialmente’ este día es el «Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer» -denominación que, desde el año 1999, la inoperante ONU da a esta jornada contra lo que califica de «pandemia global»- pero todas y todos sabemos que, de una u otra forma, es el machismo el que está detrás de esta violencia.
Comenzamos por el listado, el agotador listado de violencias que sufren las mujeres desde hace siglos: feticidios femeninos, abuso sexual a las niñas, la violencia relacionada con la dote, la mutilación genital, violaciones de todas clases, hostigamiento e intimidación sexual en el trabajo y otros ámbitos, la prostitución forzosa… La violencia simbólica que retroalimenta a la física: las perversas biblias misóginas, las Leyes de todos los Estados patriarcales que en el mundo han sido, los medios de comunicación, el refranero, los chistes, el lenguaje que nos ridiculiza y oculta…. Y la violencia económica: el 70 % de las personas que viven con menos de un dolar al día son mujeres. En algunos países la diferencia salarial es del 80 %… Las mujeres son las depauperadas, las desposeídas, las más lejanas a la sacrosanta y patriarcal propiedad privada.