Si ves algo y no sabes lo que es, no creas que siempre es un OVNI. Puede ser tu finiquito. Tus contratos aparecen y desaparecen; Tu antigüedad vuela; Tu trabajo te altera la vida. Tu futuro cambia de rumbo a velocidades espectaculares. Estas abducido y no te has dado cuenta de que te han vuelto a dar la cuenta.
En los planetas llenos de jetas, la constitución dice que la justicia existe, la ley ampara, tu ignorancia no para y que los borregos son iguales ante la ley; de los zánganos no habla. Tenemos derecho al honor, a la dignidad, la libertad, la seguridad, y la intimidad. Las que terminan en dad, son desconocidas por los explotadores, que sólo dan desgracias y esperan las gracias. Entre la constitución, el estatuto de los trabajadores y la ley de riesgos laborales, puedes mitigar algunos males. Ya se sabe que no te importa que te exploten y que para defenderte de los ataques de los carroñeros, hay que querer. Y tú no quieres.
Si te importa más el contrato del último fichaje que tu propio contrato, estás abducido y jodido. Aunque seas idiota, puedes aprender algo. Más bobos que tú lo han conseguido.
En el planeta laboral, la vida inteligente se demuestra leyendo lo que uno firma, y si no se está de acuerdo, se pone: NO CONFORME.
Esto sería una prueba de que no vives en mundos para-lelos.

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