Esa es la pregunta que se hacen algunas personas en España, porque llevan tantos años comportándose como burros, que ya no están seguros de a que raza pertenecen.
El mundo del trabajo se está convirtiendo en una gran granja llena de animales. El estiércol va cogiendo altura y la mierda nos llega un poco más arriba del cuello, por eso mismo casi nadie se atreve a abrir la boca.
Los animales más corrientes en los trabajos, son los ratas, que aunque nos dan asco, y nos puedan poner enfermos, nos hemos acostumbrado a que estén entre nosotros y las aceptamos aunque nos encantaría aplastarlas.
De buitres tampoco andamos mal, siempre vigilándonos desde arriba y revoloteando por encima de nosotros, esperando a que caigamos para devorarnos.
El gallina es muy habitual, suele estar cacareando, pero luego no pone “huevos” para cambiar nada. Por eso es un animal muy querido por los empresarios, que además suelen meter un “gallo amigo” para que joda bien a todos y todas.
Cerdos hay en todos los trabajos, pero al capital le viene muy bien porque de los cerdos aprovechan todo. Y a éstos con que les den de comer ya les vale, sin importarles que todo parezca una pocilga llena de mierda, en la que les encanta rebozarse.
Pero de burros, burros, burros, está el mundo laboral lleno. Hay tantos, que las empresas están invirtiendo mucho dinero en las universidades para que de éstas salgan los burros totalmente domesticados a medida. Con el yugo puesto y las orejeras bien encajadas. Así no podrán mirar a los lados y no se despistarán del camino que les han marcado. El camino al abismo. De hecho, hoy día lo más importante es trabajar como un burro y estar domesticado. Obedecer, callar y rebuznar, pero nada cambiar.
Por eso a algunos nos ha extrañado que digan que el burro español está en peligro de extinción. Lo vemos día a día. La mayoría son burros obedientes y sumisos.
Aunque todavía quedan en algunos trabajos, unos pocos animales que quieren cambiar el mundo y son tercos como mulas. Pero la mayoría de los burros no les siguen.
Dirán lo que quieran sobre los burros en España. Nosotros creemos que no hay ningún peligro para los gobernantes, porque el burro nunca se extinguirá. Sólo en España, se cree que hay más de 40 millones de burros.
Por Melquiades
