La organización Desechos Humanos, tiene cada vez, más socios y más pobres. Año nuevo, reformas nuevas, despidos nuevos, precariedad, esclavitud y miseria.
Mientras las condiciones laborales se denigran a pasos agigantados, la mayoría de los trabajadores y sus representantes, deciden no hacer nada.
En vez de promover la dignidad, la solidaridad y la autogestión, para demostrarle al capitalismo salvaje que se puede vivir y trabajar de otra manera, dicha mayoría se vuelve más egoísta, más insolidaria y su único objetivo es seguir metiendo horas extras, aunque sea a mitad de precio, seguir consumiendo cosas innecesarias, pero que dan una apariencia que se quiere lograr, para que la sociedad le valore y le coloque en una posición social: de rodillas.
No se dan cuenta que las apariencias engañan y se pagan caras. Mientras unos hablan de crisis, corrupción, se empobrecen y lloran, otros se siguen forrando y maman.
Los empresarios piden que los despidos salgan más baratos. Los políticos piden moderación salarial. Los sindicatos mayoritarios piden más subvenciones. Los trabajadores piden limosna. Si ante esta situación no hacemos nada, estamos demostrando que además de ser cada vez más viejos, somos cada vez más idiotas.

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