Con la que está cayendo, las 30.000 personas de la mayor empresa de Euskadi (36% de eventuales), da la espalda a los 9 sindicatos que se han presentado, con una abstención del 48% y del 50,7% en los hospitales de Bizkaia, cerca de un 10% más que en las elecciones del 2009.
En los comicios del martes 11 de Junio, ELA obtiene 76 representantes, el SATSE 74, LAB 39, SME 33, CC.OO. 30, UGT 23, USAE 18, ESK 18 y USO 1. Por tanto, la mesa sectorial de Sanidad, donde se negociarán las condiciones de trabajo en Osakidetza en los próximos cuatro años, queda conformada por ELA, SATSE, SME y LAB.
Mientras, los distintos gobiernos de la CAV están aplicando recortes en los servicios públicos de la sanidad y favoreciendo la expansión y el desarrollo de la sanidad privada, a base de desviar los procesos más rentables y evitando los costosos como enfermedades crónicas y de larga duración hacia empresas dirigidas por familiares y amigos de los políticos. (El Consejero de sanidad Jon Darpón viene del IMQ).
La pérdida de un 20% del poder adquisitivo, la eliminación de los días canosos, 3 días moscosos, 2 de vacaciones y el aumento de la jornada semanal de 2,5 h. va a suponer la destrucción masiva de empleo para el personal eventual. Un ERE encubierto de 2.500 personas para el personal interino y eventual, mientras 1033 personas son de libre designación, es decir a dedo, ya que no pasan ningún tipo de oposición y constituye un verdadero vivero del clientelismo partidista.
Los continuos recortes impuestos por el departamento de sanidad están llevando a la asistencia sanitaria pública al borde del colapso. Las políticas de reducción del gasto sanitario están desbordando las listas de espera, el hacinamiento y saturación hospitalaria, incluso de los centros de atención primaria, está generando la imposibilidad de la realización del trabajo sanitario con unas mínimas garantías.
Todo esta casuística parece que no ha estado en juego en estas elecciones y sí la disputa del poder sindical, (160 liberados/as) que salvo ligeras variaciones ha quedado prácticamente igual que los pasados comicios. Lo cierto es que la mayoría del personal de Osakidetza no cree en la actividad sindical, impera el desánimo, quizá el miedo, el que nada se puede hacer, todo ello muy lejos de la MAREA BLANCA que por otras latitudes se ha puesto en pie en defensa de la sanidad pública.
