Ser esclavo es algo muy bonito. No tienes que decidir nunca. Te pueden humillar a diario. No pintas nada. Te ningunean. Te mean. Y tú creerás que es sirimiri.
El poder de algunos nubla la vista del esclavo, que ve lo que le dicen que vea, oye lo que le dicen que oiga y vive como le dicen que viva. PERO ES FELIZ.
¿Para qué cambiar? Con lo cansado que es. Virgencita, que me quede como estoy.
-¿Y cómo estás?
-IDIOTIZADO.

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