El próximo 29 de marzo toda la ciudadanía puede participar de forma activa en la protesta por el tremendo recorte de derechos laborales, sociales y de libertades colectivas e individuales que conlleva la nueva REFORMA LABORAL.
¿Quién se atreve ahora a quedarse embarazada, a guardar cama cuando llega el inevitable gripazo, quién le dirá a su jefe un “no puedo”, quién denunciará un abuso, un trato vejatorio, unas condiciones laborales insalubres o mezquinas?
No sólo se trata de la movilización y el esfuerzo económico de quienes tienen trabajo. Las personas en paro, estudiantes y pensionistas… todas pueden incidir económicamente en la jornada de huelga, evidenciando el rechazo a esta situación que nos traslada a una época casi medieval de señores y vasallos. DEMOSTREMOS QUIÉN SOSTIENE LA ECONOMÍA Y CREA LA RIQUEZA DE UN PAÍS:
SUS CIUDADANOS Y CIUDADANAS
La incidencia de una huelga se mide también por el uso de servicios como la electricidad. DESENCHUFA ABSOLUTAMENTE TODO AQUELLO QUE NO SEA IMPRESCINDIBLE, baja a mínimos vitales el uso del agua o los combustibles. ¡SE PUEDE!
NO COMPRES NADA, no gastes. Prevé tus necesidades para esas 24 horas.
DEJA TRANQUILO AL BANCO, haz tus pagos antes o después del 29, no utilices tarjetas ni cajeros automáticos.
DESEMPOLVA LA BICI, ESTIRA LAS PIERNAS, CAMINA. Si no tienes más remedio que usar tu vehículo, compártelo y no pongas gasolina el 29.
OLVIDA LA TELE y el ordenador, date un respiro. CONSUME LA INFORMACIÓN JUSTITA. USA EL MÓVIL SÓLO EN CASO DE EMERGENCIA. Llama a tu madre o a tu amigo el 28 o el 30.
DESDE LAS 12 DE LA NOCHE DEL DÍA 28 A LAS 12 DE LA NOCHE DEL 29
¡ORGANÍZATE Y DESCONECTA TU CONSUMO!
EL DÍA 29 DÉJALO CLARO: SI TÚ NO QUIERES, ELLOS NO PUEDEN.
