Fuente: https://www.naiz.eus/eu/info/noticia/20240929/mientras-mi-madre-este-ahi-no-voy-a-parar-voy-con-todo-estoy-muy-cansada-y-muy-triste
¿Cuándo se enteraron de la situación en la residencia?
Mi madre entró el año pasado en abril. En agosto tuvimos el primer problema porque no sabemos cómo caernos de la cama. Tiene hemiplejía del lado derecho, se mueve con dificultad. Tenía puntos en la ceja, el hombro, el brazo, la mano, la cadera, la rodilla y el pie izquierdo. ¿Explicaciones? ninguna Me dijeron que las barreras estaban puestas. Es imposible. Al final reconocieron que no dormían. Las explicaciones son siempre «no se sabe, lo vamos a mirar». A partir de entonces empezaron a aparecer lesiones en los brazos, desgarros epidérmicos sangrantes, hematomas…
Cuando hacemos denuncias van por escrito para que queden registradas en la Diputación porque si se expresan verbalmente se pierden. La directora no quiere decir nada por escrito y se limita a contestaciones vacías que no llevan a ninguna parte, porque sabe que la han pillado. Entonces te quedas atrapado en un bucle del que no puedes salir. Hemos recurrido varias, por no decir 15 veces. Cada 15 días viene una chica de la Diputación, me cuenta cosas, me manda emails, fotos… Luego nos reunimos y resulta que no tienen constancia de nada de eso.
La Diputación abrirá una inspección extraordinaria.
Ojalá, porque los de a pie no están sirviendo absolutamente para nada. Dicen que no lo hacen desde octubre del año pasado y entonces mi mamá ya se había caído y eso había que confirmarlo, porque fuimos a mostrar las fotos. Puede haber errores humanos, pero lo que me enoja profundamente es que nadie me da una explicación. Estamos atrapados en una nube de la que no quieren que salgamos, escondiéndolo todo para que no salga nada. Estoy muy cansada y muy triste porque nadie merece estar así.
En el PAI (Plan de Atención Individualizado) escriben que mi madre tiene hemiplejía del lado izquierdo cuando la tiene del derecho. Está escrito por el jefe de los auxiliares, quien la despidió. Pone que usa bragapañal y no había pañales para mi madre. Eso es porque me perdí bajar al almacén a buscarlos. El PAI es malo y nadie se dio cuenta hasta que lo leímos. Nadie sabe nada ahí dentro.
«Aquí hay profesionales, no todos, que son maravillosos y valen su peso en todo, pero no es suficiente»
También en la denuncia falta de personal…
En la Diputación nos dicen que se cumplen los ratios, que hay tres auxiliares más el refuerzo. Cuando me lo dijeron me reí. Le dije que las bajas no están cubiertas, que no hay suficiente personal. Son 25 personas y solo hay siete personas para darles de comer en la boca, más para alimentar a los que aún están “semiválidos” y atenderlos. Es inviable, es lo mismo que si se cumplen los ratios, que no se cumplen. Hay auxiliares que valen su peso, pero no es suficiente.
Para llegar a este punto, ¿Cuál fue el proceso?
Ha hablado hasta ahora con el señor [Gorka] Urtaran [Diputado de Políticas Sociales]. Vino poco después de la inauguración del centro para hacerse una foto y le enseñé la cara de mi madre, le dije que ya no estaba y le pregunté si había hablado con los familiares o había visto cómo estaban los residentes. Me dijo que no, que no me preocupara porque lo iban a mirar. Fue en agosto del año pasado y no tenía noticias. Ya me molesta en lo personal que me estén diciendo que van hacer cosas y no lo hagan. Estoy súper cansada de tantas excusas e inventos.
A usted hace poco lego una carta anónima, una advertencia.
Sí, el 5 de septiembre. Lo recogí en recepción y estaba abierto. Ahora la correspondencia será privada, las cartas se le abrirán. Se supone que es de un trabajador. No me gusta lo que dice mi madre en la carta, obviamente eso no es lo que voy a pasar. Me preocupa mucho que diga que apareció otra señora con moretones y que nadie dijo nada, me preocupa mucho las alusiones que se hacen de que tienen miedo de hablar y me aterra la última línea: «Cuida a tus familiares y estar muy atento».
Es mucha molestia como para que se mentira, arriesgándote a que se enteren de quien eres. Parece que no se puede hacer nada y lo dejamos ahí. Al día siguiente apareció mi madre con el pie morado y me dijo que no lo habían visto. Seis días después me llamaron hora y media después les dije que tenía una lágrima y que estaba empapada de sangre. ¿Cómo? ¿Dónde duermes?

¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?
Mientras mi madre esté aquí, no pararé hasta que ella sea ambas cosas. Me da igual, voy con todo. A nivel burocrático no sé cuál es la solución, pero entiendo que hay que controlar algo en lo que está metida la Diputación. No puede ser que aquí estén pasando cosas y nadie tenga explicaciones. Esto se paga con el dinero de mi madre y con nuestros impuestos y hay señores que están cobrando por gestionarlo. Alguien tendrá un relato de lo que pasó aquí. ¿Por qué está esto en un limbo que no se puede tocar? ¿Quién está gestionando esto que se puede meter mano?
¿Lo que vive su madre lo vive otros residentes?
Veo que todos son iguales. Hay gente que no dice nada por miedo a represalias. Durante las visitas, cuando nos reunimos con los familiares y charlamos un rato, hay mucha gente, un 80%, a la que no le gusta, pero cuando llega el momento de hablar no quieren decir nada. Estamos pagando 1.500 euros cada mes y, aunque era gratis, me dijeron que era un hotel de cinco estrellas. Entiendo que nadie va a hacer las cosas de mala fe, pero leí esta carta… Y pasaron cosas que no puedo contar y te dejan sin poder dormir. ¿Qué hay ahí? ¿La bolsa? Ya no puedo hacer más, porque los familiares van a terminar mal. Si ella estuviera bien, yo estuviera bien. A veces me parece que se está riendo en mi cara. Ocultar todo lo que está pasando en su interior para que parezca lo que querían vender, un hotel.
«Un vecino me dijo que los trabajadores dicen que están cansados de limpiarse el culo y que pronto morirán». Si ella puede hablar, protestar y no hacer nada, ¿Cómo serán con mi madre?
¿Ha cambiado algo en estos días, tras hacerlo público?
Yo no, él se dio cuenta de mí. Entiendo que los asistentes estén molestos porque se ha dicho que el personal no es profesional. En la Diputación me dicen que sí, tienen el título, pero este es un trabajo que tiene que ser vocacional. No estás trabajando con zapatos, estás trabajando con personas. Si no te gustan las personas mayores, dedícate a otra cosa. Aquí hay profesionales que son maravillosos, pero no todos. Oigo malas contestaciones, veo malas formas de dejar a la gente en los asientos.
Otro problema ha sido la temperatura de las habitaciones en verano.
Sin aire, solo piso radiante. Ideal, pero llegó agosto y hacía 29 grados en las habitaciones. Ya se lo notifiqué el año pasado. Sólo hay aire acondicionado en las zonas comunes. La trabajadora social me dijo este año que ahora sabe que no hay aire en las habitaciones. Luego tienen la pequeña vergüenza de enviar un correo electrónico a los familiares en el que se dice que en las habitaciones habrá 20 a 22 grados, pero por la noche las ventanas estarán cerradas y durante el día estarán abiertas. No se han muerto todos porque Dios no ha querido.
Cuando se cierra la puerta principal, la otra puerta permanece abierta hasta las 22:00 horas. Está rota y cualquiera puede entrar por la noche. Espero que estés atendido y con la puerta cerrada como en tu casa. Pasó la noche aquí. Bajaba, subió, entró, salió y no había nadie. Se cuela alguien y puede hacer lo que le dé la gana. Y durante el día entra alguien sin saber quién es.
Mi madre no habla, no sé qué pasa ni qué pasa. ¿Qué deseas? No tenemos existencia. Estoy muy cansada y muy triste. No voy al cine porque no hay cobertura, vivo con el teléfono encima, vengo todos los días, hay días que como, un día a la semana me acuesto a mirarla todo el cuerpo. Así no es como puedes vivir. Eso es lo que siento. ¿Qué no siente mi madre cada vez que la lastiman, que no sabe lo que le pasa, por qué tiene todos los pañales mojados? Dicen que no saben nada, pero una señora que sabe hablar me dijo que están ocupados limpiando el culo, que se van a morir pronto, que les están diciendo que se callen… en casa y no duermo, porque si ella puede hablar, sabe las cosas, protesta y no cambian nada, ¿Cómo serán con mi madre? Me muero por dentro un poquito todos los días. No quiero que mi madre se vaya, pero a veces pienso que sería mejor para ella.
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