El porqué de la derrota socialista en las elecciones, está en la aplicación de unas medidas de los banqueros, que han perjudicado a la clase trabajadora. Estas medidas ni han solucionado la crisis ni han ganado el apoyo de los banqueros.
El PP y la derecha nacionalista (CiU ya ha anunciado nuevos recortes) no tienen ninguna nueva propuesta para salir de la crisis (no hay que esperar milagros, dice Rajoy), van a aplicar de inmediato y con más fuerza y más profundamente las medidas que ya han hecho fracasar a los socialistas, pero no van a solucionar el problema y no van a dar satisfacción a los dueños de los bonos del Estado.
El recibimiento del triunfo del PP, con la bajada de la bolsa y el aumento de la prima de riesgo, significa que los inversionistas no confían en el PP y saben que sus medidas no van a solucionar nada y que se va a la bancarrota y al rescate.
En Euskadi, el triunfo electoral de Amaiur, solamente tiene un carácter simbólico, ya que se consideran como el Estado emergente Vasco, y su prioridad es la lucha en clave soberanista: presos, legalización de Sortu y el desalojo del ocupa de Ajuri-Enea.
La cruda realidad es que no debemos esperar nada de estas elecciones y sino que se lo pregunten a las 1.000 personas eventuales de la empresa Volkswagen que ha esperado a que pasen las elecciones para anunciar su despido. Y es que no hay más salida que prepararse, en las empresas y en la calle, para dar una respuesta social y laboral, frontal y continuada.