Una buena noticia y una oportunidad para relanzar de nuevo el movimiento obrero. Un movimiento paralizado por los sindicalistas profesionales, de los sindicatos institucionales, que además de estar ausentes, solamente están preocupados por las cuotas de poder que sus partidos guías van a obtener en las próximas elecciones generales.
La regeneración de la vida política y social que ha supuesto el 15M no ha llegado a vida laboral. El control de los jefes sindicales, el miedo a perder el puesto de trabajo, la competencia e insolidaridad, el clientelismo, el sectarismo sindical, ha minado el mundo del trabajo.
El movimiento obrero que en el periodo de la transición ocupó la centralidad, porque fue combativo, unitario y el motor por la lucha por la libertad y el bienestar social, hoy solo existe en la pelea por la pasta y por la pérdida de los derechos adquiridos y siempre a la defensiva. Carece de perspectiva, de conciencia de clase; está controlado por unos sindicatos correas de transmisión de los partidos políticos y lo único que les preocupa es mantenerse en poder.
Es urgente regenerar el movimiento obrero. El 15M, ha dado lecciones de cómo se debe hacer: Asambleario, participativo, unitario, igualitario, abierto, es decir poner en marcha en las empresa la democracia directa. Esta manifestación conjunta puede ser un paso importante, al que deberían sumarse otros sindicatos y sindicalistas de clase que estén dispuestos a realizar esta tarea.