22OLas Marchas de la Dignidad vuelven a las calle para demostrar la fuerza del pueblo frente al poder económico. Organizando diversas movilizaciones y acciones en todas las naciones y territorios del Estado para visualizar el robo de las conquistas sociales a las clases populares.

Nada ha cambiado. El crecimiento económico con el que a algunos se les llena la boca, solo repercute en unos pocos bolsillos. Nuestra realidad diaria demuestra su mentira. Las consecuencias de la crisis se siguen agudizando con las políticas de recortes impuestas por la Troika contra la mayoría social trabajadora.

Nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin educación y sin futuro de vida. Mientras tanto se regalan miles de millones a la banca convertidos en deuda pública. La reforma del artículo 135 de la Constitución española, hipoteca a la población a los dictados de la UE y del BCE.

Quieren pagar su deuda a costa de los servicios públicos, nuestros derechos, y nuestro empobrecimiento. La descomposición del régimen del 78 es un hecho, y su Constitución, que no reconoce los derechos de los pueblos y naciones del Estado, es papel mojado en cuanto a derechos y libertades.

Las tasas de paro alcanzan niveles crónicos (200.000 personas sin empleo en Euskal Herria), con especial afección en los sectores más vulnerables. El número de unidades familiares sin ningún ingreso aumenta día a día (más de 70.000 entre CAV y Nafarroa son demandantes de los diferentes ingresos mínimos, RGI-RIS)…, generando niveles de pobreza inaceptables.

Los empleos que se generan no garantizan una vida digna, es más, se institucionaliza la precariedad laboral. Y todas estas condiciones que padecemos se dan en un contexto global en el que el drama de los y las refugiadas no es sino la consecuencia de las políticas capitalistas en los países en vías de desarrollo, en los que las guerras y las hambrunas están auspiciadas por “nuestros” gobiernos y alimentadas con “nuestros” ejércitos.

¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando? Es hora de tomar las calles, ponerse en pie y decir basta, solo la organización, la participación y la lucha, podrán abrirnos las puertas de un mañana mejor.

Desmontemos sus mentiras.

– No al pago de la deuda, ilegitima y odiosa.

– No a la Europa del Capital.

– Por el derecho a decidir de las personas, los pueblos y las naciones del Estado en todas las cuestiones que atañen a su vida y futuro.

– Por la defensa de los derechos de la mujer y la lucha contra la violencia machista.

-Por un futuro digno para la juventud que no le obligue al exilio o la migración.

-Derechos para todas, ningún ser humano es ilegal.

– Por el derecho a la vivienda. Por la garantía de los servicios básicos de luz, agua y gas.

-No a los tratados entre gobiernos y trasnacionales en contra de los derechos sociales. No al TTIP.

– No al gasto militar, no a la OTAN.

– Por los derechos ambientales, ¡No al fracking!

– Contra la represión. Derogación de las leyes represivas y absolución y libertad de los represaliados por motivos políticos.

– Defensa de los servicios públicos. Salud, dependencia, educación, servicios municipales. l

– Por el reparto de la riqueza y de los trabajos.

Pan, trabajo, techo y dignidad

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