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El BCE inunda de dinero la banca española mientras el país se hunde en deudas impagables

por Colaboraciones

El último informe del Banco de España -BdE- sobre el mes de abril, en plena explosión de la pestilencia -perdón pandemia- muestra un incremento espectacular del crédito de la Banca privada a las empresas españolas, que se ha consolidado a lo largo del segundo trimestre, debido a las necesidades de liquidez por la caída de ventas por un consumo congelado por los hogares en grado superior al que ocurrió en el 2008. La tasa anualizada en junio – 6,1%- de dicho crédito es la mayor en años, que refleja un creciente endeudamiento empresarial que ha sido posible gracias a la línea de avales del Gobierno, que la ministra Calviño repite como un loro, con el intento de salvar el tejido productivo del país.

Dicho de otra manera, aquellas empresas que han llamado a la puerta de su banco y le han concedido los préstamos saben que el Estado es avalista de último recurso si al final la aventura acaba mal, préstamo basura, porqué cierra el negocio. Eso ocurrirá si la empresa o el autónomo endeudado no pueden honrar los préstamos a su vencimiento y los intereses que a bien le cobra su banco que son estudiados uno a uno y concedidos a discreción de la entidad financiera dependiendo del riesgo de la operación y el uso prefijado por el Ejecutivo si se desea el aval público (*1). Los avales públicos pueden llegar hasta los 100.000 millones, dicho de otra manera, los préstamos que en el plazo máximo fijado de 5 años de devolución no se paguen serán préstamos basura que pagará el Estado a la banca emitiendo deuda pública que a su vez financian igualmente esos bancos privados españoles. Según certifica el BdE toda esos préstamos engrosarán la deuda récord empresarial – no financiera- que se acerca al billón de euros (*2).

Con la esperada caída brutal de los ingresos fiscales que dependen en un 75% de los impuestos contra las clases populares y la producción, el Gobierno español para hacer frente a las obligaciones asumidas frente a la Banca privada sólo tiene como único recurso la emisión de Deuda pública y negocia las condiciones de ese rescate en Bruselas con el resto de países europeos y con el nuevo programa del Banco Central Europeo: Pandemic Emergency Purchase Programme –PEPP– que tiene un volumen de 750.000 millones de euros(*3).

Las empresas del IBEX35 y las multinacionales juegan en otra Liga pues tienen otras muchas líneas de financiación entre ellas crédito directo del BCE gratis a través del programa de compras de deuda corporativa iniciado – como Expansión Cuantitativa del balance o QE – en 2015 que hemos citado multitud de veces en esta web. No es lo mismo una empresa que para endeudarse debe recurrir a un banco que impone las condiciones que una gran empresa como Repsol, Movistar, etc que pueden ampliar capital asegurando su colocación o emitir deuda directamente sabiendo que será comprada por inversores o directamente por el BCE. Un trato preferente que destroza el principio de libre competencia del liberalismo capitalista pues el BCE al comprar deuda corporativa incluso basura reduce la ratio de tipo de interés que no tienen las empresas que juegan en la Liga de las Estrellas (*4).

En paralelo, las empresas han echado mano de la reforma laboral ultraflexible para aligerar plantilla con expedientes temporales a cargo del Estado que muchos trabajadores aún no han cobrado o directamente han bajado la puerta definitivamente calibrando ahogarse en créditos bancarios o en polizas de crédito renovadas a las que avalan con su patrimonio.

Los hogares tienen una reducción récord del consumo

El informe del BdE también certifica una caída récord en el crédito a los hogares sobre todo en vivienda (*5), que certifica que el sector inmobiliario ha quedado congelado (-1,9% tasa anualizada) aunque en junio hay un incremento del crédito al consumo (+ de 9.000 millones sólo en junio) que puede deberse en parte a que los hogares más apurados han tirado de tarjeta o a la llegada de los 1.200 millones de créditos para pagar los alquileres. Los tipos de interés de los créditos personales, al consumo o tarjetas que cobra la banca privada a la ciudadanía llegan a recibir un castigo desde el 5 hasta 26% del tipo de interés, sobre todo en los descubiertos, o sea, momentos en los que el ciudadano no tiene dinero suficiente para honrar pagos (*6).

En uno de los gastos más importantes que soportan los hogares, la vivienda, en la que centramos muchas entradas de este blog, lo que ha ocurrido es que se ha producido una cadena de impagos sobre los alquileres y las hipotecas de cuya magnitud aún no hay datos. El ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciaba planes que resumidamente salvaban los ingresos de los bancos con las hipotecas y de los arrendadores con los alquileres mostrando que las deudas algunos siempre deben pagarlas.

Para ello, el Gobierno ha pedido a la banca, mediante el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al COVID-19, que asuma moratorias para los deudores hipotecarios en situación de vulnerabilidad tras declarare el Estado de Alarma el día 14 de marzo. No hay datos de moratorias concedidas pero sí que muchas han sido denegadas o ni siquiera negociadas.

A su vez, después de 2 meses de espera, el Gobierno dictó las condiciones de los préstamos bancarios para pagar los alquileres de los hogares afectados exclusivamente por la crisis económica sobrevenida, con un crédito máximo de 1200 millones que estudian y conceden también los bancos privados españoles y que se cobran con una prima de hasta 112 millones para gastos e intereses que va a deuda pública.

En otras palabras, el ejecutivo español depende de la Banca privada para la concesión de ayudas a hogares y empresas mediante la concesión de todos los préstamos del COVID19 que las entidades financieras crean con un click de ratón y además también acabarán pagando intereses a esos mismos bancos que también cobran gastos de gestión. Los beneficiarios son las entidades financieras por las hipotecas y los arrendadores, y ambos a su vez, tienen tratos preferenciales de las leyes tributarias para no pagar impuestos o desgravaciones inasumibles por la Hacienda pública. Fíjense que una empresa puede hundirse, un hogar quedarse en la calle por no honrar el pago de la vivienda pero bancos y rentistas tienen asegurado el cobro.

En definitiva, en nuestro país son los cuatro grandes bancos quienes dirigen la economía respecto de la parodia de la Soberanía Popular del Congreso de los Diputados, asignan recursos a todos los agentes y sectores económicos y como empresas privadas que son lo hacen todo sin más criterio que los intereses privados de sus accionistas, por lo que el interés general de la ciudadanía está de facto en manos de los Consejos de Administración de esas entidades financieras.

El BCE inunda con 180.000 millones de euros a la banca española y un regalo extra de 1.800 millones

Esa posición central en la vida económica que cumple la banca privada la tiene por «el concedido don divino» de imprimir dinero-deuda de curso tan legal como hace el Banco Central Europeo pero además cobra un interés por crearlo y prestarlo, por la cara. A pesar de ese privilegio monetario, la banca también obtiene liquidez de la Banca Central para cuadrar balances si es necesario. Por ejemplo, si leemos los titulares de la prensa estos días leemos que los bancos del continente han pedido una cifra histórica de dinero que supera los 1,3 billones de euros al Banco Central Europeo por las buenísimas condiciones que ha impuesto el Banco con sede en Frankfurt (*7).

Esta subasta se enmarca dentro de las denominadas TLTRO III – cuyas siglas corresponden a Targeted Longer-Term Refinancing Operations que simplificando son préstamos que concede el BCE a los bancos europeos en condiciones muy ventajosas. Los bancos europeos y españoles afrontan el 2020 con vencimientos anteriores – pagos- por valor de 380.000 millones de euros de refinanciaciones anteriores del BCE que tenían peores condiciones. Con ello, la banca las sustituye ganando dinero encima como veremos. Cómo de las anteriores operaciones TLTRO habían  vencimientos significa que la banca europea tendrá de hecho una inyección neta de 548.000 millones de euros en el sistema financiero de la Eurozona, que servirá como colchón a los programas dirigidos a la crisis del COVID19.

Los bancos españoles han pedido en esta subasta unos 180.000 millones de euros con los cuatro grandes a la cabeza de la demanda. Por ejemplo La Caixa parece ser que ha pedido más de 40.000 millones de euros lo que le supondrá un beneficio extra de unos 400 millones de euros que irán a la cuenta de resultados – beneficios-. Es como una novación hipotecaria. Es como si a un deudor que debe 100.000 euros, el banco le ofrece un nuevo crédito de 100.000 euros pero sólo devolverá 99.000 y le alarga la amortización otros 3 años más.

Para que nos hagamos una idea del montante de ese dinero diremos que los 180.000 millones del BCE para la banca española igualan todos los ingresos fiscales del Estado español cobra por IVa, IRPF, Impuesto Sociedades, etc.

Un nuevo hito histórico: Cobrar por pedir prestado.

Pues sí, el BCE ha pasado un Rubicón histórico del capitalismo, al pagar por prestar dinero saltando por encima de los dogmas monetarios que dicen que el capital tiene un precio. Los préstamos de esta subasta tienen un interés negativo del 0,5% y otro 0,5% si demuestran los bancos que han ido a crédito a familias y empresas cuando realicen la emisión de titulizaciones de esas financiaciones en los respectivos países donde operan. Un total de un -1% que para el Santander que ha pedido unos 55.000 millones le supondrán un beneficio de 550 millones de una tacada, ¡por la cara!.

Cuando el Santander preste ese dinero tiene ya ese diferencial del 1% de beneficio extra además de los intereses y gastos de gestión que cobre por las operaciones tanto de los créditos ICO a las empresas o los préstamos o refinanciaciones a ciudadanos como para comprar nuevamente deuda pública que emitirá a mansalva el Gobierno español y que comprará el Santander y los otros bancos.

Bankia lo tiene muy claro: «Bankia no tiene un tipo de interés único para los créditos ICO COVID-19. El tipo se ajusta a cada operación…. Además del tipo de interés, en estos préstamos se aplica una comisión de apertura del 0,5%» (ver *1). ¡Si lo tiene claro Bankia… lo tienen claro los otros mangantes!

El negocio es: tomo prestado crédito del BCE a -1%, le sumo un 6% del tipo de interés a un empresario pringado y un 0,5 por estudiarloTOTAL: 1+6+0,5 = 7,5% ANUAL DURANTE 5 AÑOS. ¡Ah! y garantía total del Estado… no serán fallidos… como si fuera deuda pública! No vea usted con los descubiertos de las tarjetas y créditos al consumo con tipos de interés que pueden llegar a los dos dígitos. El tipo medio de crédito al consumo era del 7,8% en 2019 en España.

Pero una buena parte del dinero prestado irá a comprar deuda pública, porqué aunque ofrece menos interés – cada vez hay menos oportunidades de inversión – y las letras del tesoro de Alemania coticen en negativo aún hay un margen de beneficio hasta el -1%. Si son letras de los países del sur europeo el beneficio es mayor y el riesgo lo asegura prácticamente el BCE. Estas operaciones se denominan carry-tradeAquí cojo el dinero – del BCE- y sin nada más que darle a unas teclas moviendo enormes cantidades de dinero allí obtengo beneficios astronómicos.

Estados, ciudadanos y empresas son escudriñados, desnudados financieramente, para poner un calificación de riesgo que determina las condiciones del préstamo, la letra pequeña de ese contrato jurídico como dice Bankia o como hará cualquier otro banco. La letra pequeña del contrato, la burocracia de papeles que nos piden se entromete en lo más íntimo de la vida privada de empresas, hogares, personas, propiedades y relaciones familiares. En la concesión de los préstamos COVID19, los de la crisis, es la banca privada la que substituye al Estado siguiendo criterios que nada tienen que ver con la emergencia social que vivimos. Su criterio social son los dividendos que cobraran los accionistas del Banco. Como dicen estos mangantes, la comisión de apertura es el pago por calificarle el crédito que le salvará y qué intereses le cobrarán que serán mayores cuanta más necesidad o infortunio tenga. Al revés de la lógica humana. Y no van a tener remordimiento alguno en ejecutar los avales del préstamo COVID y arruinar al deudor antes de reclamar la garantía del Estado. Toda esta ceremonia y rituales socialmente aceptados, encubren que el banco no arriesga nada ante semejante negocio, el dinero lo ha pedido prestado al BCE. Y por primera vez en la historia económica ellos, los Santander, La Caixa, BBVA, Bankia, Sabadell, han cobrado por pedir prestado y además las operaciones COVID19 no tienen riesgo (¿para qué la comisión de apertura?) pues en última instancia el Estado avala todas las operaciones con deuda pública que tiene a bien conceder la Comisión Europea.

Toda los ciudadanos, todas las sociedades, todas las naciones pagan esas y otras dádivas a las élites financieras. Ninguna operación monetaria en la economía real escapa al panóptico creado entorno a los bancos privados. El papel que encubre la palabrería de la supuesta independencia del BCE es que en la sombra actúa de lobbista de la European Banking Federation – EBF-, la asociación que agrupa a toda la banca privada europea. El Tratado de Maastrich con la creación del euro impuso el sometimiento de la soberanía popular, de los Parlamentos, a esa casta financiera que en España representan los cuatro grandes bancos. Hay quién dice que estamos en un capitalismo feudal, de derecho divino, del de crear dinero-deuda.

«Dadme el control de la moneda de un país y no me importará quién hace las leyes» decía la frase atribuida al banquero alemán Mayer Amschel Rothschild. Bueno, dicen que bajo el paraguas del euro «alemán» estamos a salvo de choques monetarios como reciben países como Argentina o Venezuela. Pero que pregunten a Grecia o Chipre cuando vienen mal dadas. Es verdad que la soberanía monetaria está reservada a las grandes naciones, o dicho de otro modo, a los grandes ejércitos. Pero estamos delante del famoso efecto de patada palante a la pelota de la deuda…

El dinero-deuda de los bancos privados y el dinero fuerte del Banco Central Europeo

Para acabar aclaramos que la mayor parte del dinero que circula lo crean los bancos concediendo préstamos, es dinero-deuda, son los créditos que crean depósitos y no al revés. La Banca privada no son intermediarios financieros entre ahorradores y prestatarios como dicen las sesudas cátedras de la Universidad o el BBVA en su web (*8) o la misma Wikipedia (*9). Tampoco canalizan el dinero prestado por el BCE más que de vez en cuando como hemos explicado antes. Un ciudadano no tiene la potestad de emitir dinero de curso legal pero el director de su banco si puede crearlo en su sistema informático si le endosa un préstamo. Los banqueros pueden crear tanto dinero como empresas o ciudadanos incautos tenga a quién endosarles un crédito siempre supuestamente valorando riesgos y manteniendo las reglas contables asumidas internacionalmente – Basilea-. Ese dinero se destruye – desaparece del balance del banco- cuando es devuelto pero no los intereses que se quedan en el mercado, aunque hay teorías que dicen que ese dinero extra que inunda el mercado y sus efectos inflacionistas se aminoran por la llamada velocidad de circulación del dinero.

Para hacernos una idea de cuanto dinero nuevo meten los bancos comerciales y de inversión en el sistema monetario basta echarle un ojo al tipo de interés que cobran con tarjetas y otros instrumentos financieros. En un mercado predilecto de la banca como es el inmobiliario una hipoteca a 30 o más años con un tipo de interés del 2 o 3% puede llegar a suponer al deudor pagar el doble o más del préstamo concedido. Ese dinero extra el banco no lo destruye de su balance porqué no lo crea, es el deudor que debe obtenerlo a través del trabajo o por otros medios. Junto al inmobiliario, el mayor mercado con diferencia para la Banca es la deuda pública, por los volúmenes de dinero que mueve, que se vende y compra en los mercados de capitales por la que cobra intereses y, en general, de cualquier transacción monetaria en el universo de la economía real. Dicho de otra manera, la máquina de succión financiera de las élites globales achica cada vez más la demanda solvente a la que endosar créditos, reduce la rotación de balance y convierte la solvencia en un asunto de «fe» como muestran los test de stress basados en la calificación de riesgos en una economía que se hunde.

Una medida del dinero-deuda que la banca privada ha generado en las últimas décadas y que se ha incrementado casi exponencialmente en los últimos decenios es la deuda mundial que representa el 322% del PIB mundial o 255 billones de dólares en cifras según el Banco Internacional de Pagos -BIS-. El incremento de la deuda mundial es una medida de todo el dinero-deuda o crediticio, que sumado al sistema de reserva fraccionaria de los banqueros, la economía no puede honorar junto a los intereses usureros que cobran por intermediar, con el apoyo del EuroSistema en nuestro caso, lo que lleva a un callejón sin salida a la contabilidad creativa de las banca comercial y de inversión. Y es la otra cara de las profundas desigualdades sociales que padecemos en nuestra sociedad fruto del control del dinero como fuente de poder.

La crisis del 2007 representa un paso de gigante en la intervención del BCE en el salvataje de esa contabilidad creativa de la banca privada. Desde el 2015 cuando el BCE inicia la Expansión Cuantitativa de su balance – QE- lo que hace es comprar las emisiones de deuda que tiene la banca – especialmente deuda soberana – a cambio de dinero nuevo. Desde el 2015 hasta hoy, con las operaciones de QE, el BCE ha creado dinero nuevo, o sea, ha expandido su balance hasta los 5 billones de euros. Un 45% del PIB de la eurozona. La QE ha permitido al BCE incrementar el dinero disponible para los bancos o dinero fuerte (o masa monetaria o reservas bancarias), a cambio de su deuda (bonos de deuda soberana, hipotecaria y corporativa) que se queda en las bóvedas del BCE.

Como desde el 2015 hasta hoy el BCE no se ha deshecho de esa deuda comprada o bonos sino que la está incrementando, el dinero disponible para la banca privada lejos de salvar la economía como se ha visto con la corona-crisis, ha mostrado los límites de esa política de creación monetaria. En la medida que la QE se ha vuelto permanente desde el 2019 aceptando ya emisiones de deuda de los bancos de baja calidad (calificación BB o la Reserva Federal de EE.UU ya aceptaría deuda basura de empresas), el BCE se está convirtiendo en un salvador de los balances bancarios convirtiendo las bóvedas del BCE en un vertedero de todas las deudas incobrables en un ciclo infinitoEl Banco Central Europeo convertido en el Banco Malo del continente con tal de disminuir el riesgo de los balances bancarios. Aunque la verdad que eso tampoco le afecta pues en cuestión de dinero fiduciario de curso legal el BCE puede crear todo el dinero que quiera y comprar todas las deudas que quiera.

El BCE con la intervención de la nueva TLTRO III que hemos explicado hoy no incrementa su balance, pues son préstamos a devolver, pero el premio del interés negativo sí que ha aumentado aunque sea de forma minúscula el dinero en circulación (un 1% de 1,3 billones). El BCE ha prohibido momentáneamente que vaya a beneficios, ya sería un escándalo. Pero indica un camino de no retorno que ha iniciado cada banco central para apoyar a las élites financieras de casa contra el huracán económico que se nos viene encima.

Los efectos a medio plazo de todas estas políticas desmontan muchos dogmas económicos lo que añade incertidumbre social poco deseada en momentos de crisis. Por ejemplo, para qué pagar impuestos para financiar a los Estados si los sistemas fiscales creados el siglo pasado están rotos pues los ricos no pagan impuestos y la banca central podría comprar directamente toda la deuda pública como propone la teoría monetaria moderna (TMM). Pero este es ya otro debate más.

Los ciudadanos quedamos al margen de las medidas monetarias de gracia, al igual que ocurre con los Tesoros públicos que también apoquinan cuando pasa el cepillo divino de las élites financieras, aunque en ese caso los Tesoros y los Parlamentos nacionales contribuyen a la ceremonia de la confusión de la ciudadanía.

FUENTE: prouespeculacio.org una web de Asociación 500×20

NOTAS:

INFO consultada:

 

Fuente: Rebelion.org

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