En una carta enviada a su hijo Felipe VI hecha publica este lunes por la Casa Real el anterior jefe de Estado señala que “con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública” que generan “ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones”.
Ante la magnitud de los escándalos de corrupción que se han ido destapando en los últimos tiempos el emérito se ha visto presionado desde diversos poderes económicos y políticos, incluido el Gobierno y el propio Felipe VI, ante el peligro de que la situación acabe arrastrando a la propia institución monárquica restaurada por Franco y legitimada posteriormente por la constitución de 1978 surgida del Pacto de la Transición.
La carta, de tres párrafos, va encabezada con un “Majestad, querido Felipe” y en ella el borbón señala que “guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España”, para a continuación añadir que es una decisión que “tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad. He sido Rey de España durante casi 40 años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona”. El ‘campechano’ se despide en la misiva con “mi lealtad de siempre. Con el cariño y afecto de siempre, tu padre”.
Tras reproducir la carta, en el comunicado se señala que Felipe VI ha transmitido a “Su Majestad el rey don Juan Carlos” su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión”, y, al mismo tiempo se incluye un párrafo en el que se comunica que “el Rey desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional al servicio de España y a la democracia; y al mismo tiempo reafirmar los principios y valores sobre los que ésta se asienta, en el marco de nuestra constitución y del resto del ordenamiento jurídico”.
En la carta, el borbón señala que se traslada ‘en estos momentos’ fuera de España (se habla de un destino exótico como Puerto Rico). Por su contenido no niega la posibilidad de volver en cuanto se diriman los diferentes frentes judiciales que le afectan, directa o indirectamente. Tanto el el emérito como Felipe VI evitan citar la palabra exilio con la esperanza de que, una vez calmadas las aguas, le sea posible recuperar “su dignidad” y salvar “su legado” (no se descarta que un ajuste voluntario de cuentas con Hacienda evite su procesamiento por fraude fiscal y el caso quede archivado).