El INSS está en la UVI. Es imposible realizar los cometidos que tiene encomendados con los actuales medios disponibles tanto técnicos como humanos. La CGT ya lo dijimos el pasado 10 de Junio, tanto a la prensa, como a los responsables del INSS y los partidos del gobierno en quienes recae asegurar el buen funcionamiento de los servicios públicos a los ciudadanos, que si no tomaban medidas urgentes de aumento de plantilla y de organización a la situación que estábamos viviendo, se colapsaría y así ha sucedido. Es intolerable para la sociedad que hundan un servicio público necesario por la incapacidad en la gestión o por mala fe.
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) no se está pagando. Ya dijimos cuando se implantó, que no podía ser una chapuza pero por desgracia hemos acertado. Sólo se han pagado aquellos que ya tenían unas prestaciones que han sido sustituidos por éste automáticamente. Pero de las solicitudes que se están presentando, más de 500.000, no se están pudiendo tramitar nada más que una irrisoria cantidad, sólo se han reconocido unas 100 IMV en todo el país, sí sólo unas 100. Según las primeras declaraciones del gobierno se iban a pagar antes de Septiembre, ahora declaran que se empezaran a pagar en Septiembre, lo que de nuevo seguimos poniendo en duda desde la CGT.
También se está retrasando el reconocimiento de jubilaciones, maternidades, bajas, etc. es decir, todas las prestaciones que gestiona el INSS, dada la casi inexistencia de la atención presencial a la ciudadanía.
Nos encontramos que las personas más vulnerables, de mayor edad, con menores conocimientos técnicos les resulta imposible ser atendidos con eficacia, dado que se está suplantando la atención personal por internet y en raras ocasiones por teléfono, suponiendo verdaderos obstáculos para la mayoría de la población. Que gobiernos y políticos no se den cuenta de que hay una brecha digital que afecta a más del 75 % de las personas que se agrava cuando de relacionarse con la administración se trata.
Lamentable que tras cuatro meses cerrados al público por la pandemia en lugar de poner trabajadoras para solucionar la relación administración- usuario, con citas previas, la solución de la administración ha sido utilizar a los guardias de seguridad como personal de información para decir a quien se acercaba a las oficinas que miren en la web y en el momento en que los usuarios reclaman y se indignan, llamar a la policía.
Se indica al ciudadano que solicite cita previa, que a día de hoy es imposible conseguir, o a un teléfono que ha podido atender unas 85.000 llamadas quedando 600.000 sin atender. El desespero provoca que busquen la solución pagando a una gestoría, el INSS también pide la colaboración de los asistentes sociales de los Ayuntamientos para que rellenen los impresos de los afectados en lugar de asumir íntegramente la gestión con personal propio. Una verdadera chapuza que ha valido para que los políticos se pongan medallas en los telediarios y se escriban ríos de tinta pero sin ninguna efectividad real a quien va dirigida.
La incapacidad que ha tenido la administración durante la pandemia haciéndola funcionar solamente al 30 % y porque los trabajadores han puesto medios personales, ordenadores, redes, tiempo personal, etc. y la ausencia de una organización que haya sido capaz de tomar decisiones efectivas, eficaces y duraderas cayendo en una improvisación constante de órdenes y contraordenes, creando un caos que ha hecho ineficaz el esfuerzo personal de las trabajadoras. Vienen nuevos rebrotes, y la empresa sigue sin prepararse. Vuelve a “planificar” contando con los medios personales de los trabajadores y la voluntariedad. La mala gestión de los recursos públicos debería de tener serias consecuencias en los responsables, deberían de dar explicaciones de sus actos y dimitir si son incapaces de reconducir la situación.
Para CGT no se puede tardar un día más en aumentar las plantilla, primero como personal interino y publicitar las plazas necesarias para tener una plantilla que pueda realizar con eficacia, un buen servicio público. A día de hoy faltan más de 2.000 plazas de jubilaciones que no se han cubierto, más las que se deberían de crear al asumir nuevas prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital y sumando las nuevas jubilaciones que se producirán en los próximos años dado en envejecimiento de la plantilla actual. No aceptamos la casi total desaparición de la atención al público personalizada ya que perjudica a las personas vulnerables o con menos adaptación digital, dejándoles en la ignominia.