Volveremos de nuevo a tomar las plazas y calles, no nominalmente como 15M, pero si como movimiento de pensionistas, ecologistas o mareas blancas, verdes, etc.. Porque no queremos volver a su normalidad, a una sociedad injusta, desigual y ecocida, porque la “normalidad” es el problema que nos trajo la pandemia. Porque queremos unas instituciones económicas y políticas más redistributivas, más feministas, que tengan una mayor preocupación por los marginados sociales, las minorías discriminadas, los pobres y los ancianos.
Porque queremos, una equitativa redistribución de la riqueza, con salarios y pensiones dignas, ni gente sin casa, ni casas sin gente, una fiscalidad más justa, para disminuir las obscenas desigualdades, porque es urgente y necesario la creación de una Renta Básica, que ofrezca protección a las personas más vulnerables de la ciudadanía, tanto en tiempos de crisis como en tiempos ordinarios.
Porque tal como ha demostrado la actual pandemia se deben potenciar el sistema público universal de salud, con modelos de gestión donde a las personas enfermas se les trate como pacientes no como clientes, con personal médico adecuado y suficiente, sin apenas listas de espera, sin falta de camas, donde estará totalmente prohibido: el desvió a la sanidad privada de sus partes rentables, como análisis y diagnósticos, pequeñas intervenciones, etc., donde no se externalizarán servicios como la limpieza y cocina. Porque la pandemia ha demostrado que, a la hora de la verdad, médicos, enfermeras y personal sanitario son infinitamente más valiosos que los brokers o los especuladores financieros.
Porque debemos detener el consumismo y acabar con la idea del crecimiento infinito. Nuestro planeta no puede más. Agoniza. Es imperativo acelerar la transición energética no contaminante y apresurarse en realizar: un ambicioso Acuerdo Verde, que constituya la nueva alternativa económica mundial al capitalismo depredador.
Es preciso impedir que la pandemia sea utilizada para instaurar una Gran Regresión Mundial, que reduzca los espacios de la democracia y libertad, disminuya los derechos humanos, neocolonice a los países del Sur, banalice el racismo, expulse a los migrantes y normalice la cibervigilancia de masas. Es necesario una regulación internacional que controle los paraísos fiscales, los fondos buitres especulativos, empresas transnacionales y mastodontes digitales.
Porque la pandemia ha demostrado que el modelo neoliberal, no sirve y ahora nuestros dirigentes están prometiendo a sus ciudadanos que, una vez vencida la pandemia, todo se va a enmendar para construir una suerte de sociedad justa. Seguramente, acuciados por la situación, lo piensan sinceramente., pero pasado el susto, los poderes dominantes, por mucho que se hayan tambaleado, se esforzarán por retomar el control, con mayor violencia, si cabe.
El 15M cuestionó el régimen político de 1978, ahora los que se dicen ser herederos del 15M en el gobierno, que estaban contra las Reformas laborales y de la Seguridad Social, sus promesas electorales, a su propuesta de Renta Básica, o por la derogación de las Leyes Mordaza, no han hecho nada. Es más se garantiza los privilegios y prebendas de los intocables con jugosos préstamos, ERTEs fraudulentos, exenciones a la seguridad social, donde se prioriza los beneficios empresariales por encima de la salud social, por falta de personal médico y sanitario, así como Test y material médico y de protección.
¡¡Porque “NO NOS REPRESENTAN y porque “LO LLAMAN DEMOCRACIA Y NO LO ES, PRONTO de nuevo TOMAREMOS LAS PLAZAS Y CALLES!!