El pasado viernes 27 de Enero se cumplía un año de la puesta de largo de “El tiempo de las cerezas” Fue una puesta de largo en tres actos (Zaragoza, Valencia, Madrid) que me ha llevado a recorrer gran parte del Califato de Córdoba. Un año camino ya de la 3ª edición. Un aniversario con dos proyecciones simultaneas Burgos y Madrí . Este tiempo  me ha permitido comprobar que la semilla de la anarquía sigue ahí y antes o después ha de dar sus frutos. He visto y he sentido el calor de  pequeños fuegos en torno al cual se reúnen pequeñas familias, cada una con su “Tótem”. Y no he podido encontrar en ellas mas diferencias que la sigla del medio, quizá la estrategia y a veces ni eso.

“Nuestras horas son minutos, cuando esperamos saber,

Y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender”  (Antonio Machado)

Y algo se aprende en un año. Que hay muy buena gente en el mundo libertario tanto en el explícitamente anarquista como entre quienes con su actitud son implícitamente ácratas y que tenemos que caminar juntos sin necesidad de renunciar a ninguna esencia. Si en una cosa se ve que el anarquismo ibero está vivo es precisamente en la cantidad ingente de expresiones que existen y que no es precisa la unidad (concepto marxista) para actuar con sincronía.

En este año he llegado a una conclusión y es la siguiente: quizá  las personas que NO  somos sindicalistas, cometimos un error al pedirle al anarcosindicalismo lo que no nos podía ofrecer. Es como pedirle a Olentzero lo que no nos van a poder comprar en casa. Pedirle al sindicato que lo sea TODO es un error de lectura. El sindicato ha de ser el sindicato y ya está. La afiliación es quien debe de asumir otras luchas ajenas a la propia lucha obrera. En los años 30 la CNT no lo era todo. La CNT era EL sindicato, y para otras cuestiones estaban: los ateneos, las JJLL, Mujeres Libres, la FAI, cada cual jugó su papel. Y esto quizá no lo supimos leer.

Otra conclusión no menos importante ha sido lo que significa la participación de las mujeres en el debate político. “Los masculino” tiende a menospreciar los sentimientos mientras que “lo femenino” humaniza y prioriza lo cotidiano. Decían las feministas que lo personal es político ¿ Y qué hay mas anarquista que el humanismo? Resulta perentorio traer a las mujeres al primer plano de nuestra lucha, porque nadie como ellas saben que es algo tan nuestro, tan libertario, como es el apoyo mutuo.

En resumidas cuentas un año comprobando que los cerezos siguen ahí, que volverán a florecer  y que la revolución solo será posible si realmente nos creemos que lo es.

Gracias a todos y a todas por esta lección.

Juan Felipe

PD: Agradecer también la participación en esta aventura del saber a quienes pusieron la primeras piedras a LKN  (la CGT vasca) a la Fundació Salvador Seguí de Catalunya a la Fundación Anselmo Lorenzo.  A Radio Klara de Valencia a Radiopolis de Sevilla al periodico anarquista “Tierra y Libertad “por hacer un seguimiento del proyecto desde sus orígenes,  y a cientos de federaciones locales (la sigla del medio es lo de menos) colectivos y entidades sociales que han conseguido que  El tiempo de las cerezas sea de todos y todas.

ZerIkusiA

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