EL TAV ESTABA DESNUDO
(DANI MAEZTU – Parlamentario de EHBildu en Gasteiz y concejal en el Ayto. de Durango)
22 de junio de 2004. Roberto Bermejo Gómez de Segura, Catedrático de Escuela Universitaria, Ingeniero Industrial, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, y Profesor de Economía Sostenible en la Universidad del País Vasco por aquel entonces, daba una rueda de prensa para dar a conocer las conclusiones de su estudio: “Análisis de rentabilidad del proyecto de la Y vasca y bases para una estrategia ferroviaria alternativa”.
Quienes por aquella época integrábamos la plataforma AHT Gelditu Elkarlana ya teníamos noticias de aquel documento, y empezábamos, en mi caso, a conocer lo que era un estudio coste-beneficio para una infraestructura de transportes como una línea de alta velocidad.
Como bien expresaba en aquella rueda de prensa el profesor Bermejo, “el análisis de rentabilidad financiera, económica y social de la Y Vasca que aquí se presenta no pretende sustituir la decisión política por juicios técnicos, sino evaluar ex ante las consecuencias de acciones gubernamentales con el objeto de minimizar el riesgo de emprender acciones contrarias al interés general”. Aquel análisis, después de criticar que una infraestructura con un coste económico y medioambiental tan alto se estuviera impulsando a base de titulares de prensa sobre mercancías que nunca llevaría, emisiones de CO2 que nunca reduciría, o desarrollo económico que no generaría (para la gran parte de la sociedad), acababa concluyendo que la denominada Y vasca carecía de “cualquier atisbo de rentabilidad”, ni económica, ni social.
Faltaban todavía dos años para que empezaran las obras de la Y Vasca, y a falta de un informe coste-beneficio fomentado desde la administración estatal y autonómica sobre la línea de alta velocidad que se pretendía construir, el Gobierno Vasco ignoraba, cuando no despreciaba, el informe de este catedrático. Lakua seguía con su proyecto, sin atisbo de debate social ni político.
En diciembre de 2015, 11 años después del citado estudio, la Comisión Europea ha hecho pública – dentro de los informes que realiza para el seguimiento de la economía española como consecuencia del rescate financiero- una crítica directa contra la política de infraestructuras del estado español. Para ver por dónde desarrollan su crítica basta con extraer dos frases del informe de seguimiento: “Hay riesgos significativos de que las nuevas líneas no generen suficientes ingresos para cubrir los costes”… “Sin embargo, análisis coste-beneficio más estrictos de los principales proyectos ferroviarios, sin duda, reducirían el riesgo de inversión ineficiente”.
En los más de 11 años que van desde el estudio del profesor Bermejo al informe de la Comisión Europea, ya se han licitado todos los tramos, excepto las entradas a las capitales de la Y vasca. O sea, llevamos cerca de 4 mil millones de euros gastados, y como bien apunta la comisión europea, ante la falta de estudio coste-beneficio oficial sobre esta infraestructura, todo apunta a que estamos ante una obra sin rentabilidad ni en lo económico, ni en lo social. Este hecho también indicó Roberto Bermejo en su día.
Como ven – aunque no lo vean quienes apuestan a ciegas por el TAV-, es obvio que no es la palabra de quien firma este artículo contra la palabra de quienes impulsan la Y Vasca. Fue un catedrático quien lo explicó (a quien se ninguneó) con su estudio; lo acaba de confirmar la Unión Europea; y también ratifica este argumento el único informe coste-beneficio que analiza la rentabilidad de las líneas de alta velocidad en el estado español, realizado de forma independiente en el año 2015 por la Doctora Ofelia Betancor – profesora titular de análisis económico aplicado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria-. Betancor, por cierto, concluye lo siguiente:
“El análisis de la rentabilidad social contrapone los beneficios derivados de las ganancias de tiempo, disposiciones a pagar de la demanda generada y costes evitados, con los costes de oportunidad de la inversión y la operación. Con la excepción del análisis financiero del corredor Madrid -Norte, los resultados muestran que se cubren los costes variables tanto en términos financieros como sociales. Sin embargo en ningún caso se cubre la inversión, lo que implica que, teniendo en cuenta los niveles de demanda, estas inversiones no serán rentables ni para las empresas ni para la sociedad”.
El párrafo anterior viene a decir que ninguna línea recupera socialmente y económicamente los gastos de la inversión, pero que todas, menos una, recupera económicamente los costes de explotación. ¿Han deducido a estas alturas cúal es la que no recupera, ni social ni económicamente, los costes de inversión y explotación? Efectivamente, el corredor norte donde se encuentra la Y vasca.
Ya no les voy a poner menciones literales de informes de expertos, simplemente voy a sacar mis conclusiones.
El PNV, PSOE y PP, decidieron construir un Tren de Alta Velocidad porque políticamente les interesaba.
También interesaba económicamente (que está unido con el interés político anterior) a las grandes empresas constructoras, las de los sobres y las puertas giratorias. Aunque sabían que la obra, además de ser deficitaria económicamente – porque las ganancias en la explotación no iban a cubrir nunca los gastos de la obra ni de la explotación posterior-, tampoco iba a traer ventajas al conjunto de la sociedad en aspectos como el ahorro de tiempos, ahorro de CO2, trasvase vehículos de la carretera al ferrocarril etc.
Llegados a este punto, el problema (tampoco muy grande) que tienen esos partidos, no es intentar hacerlo rentable, porque eso es imposible. El problema es intentar que no se note mucho el hecho de que el TAV es un agujero sin fondo para la sociedad. Y lo están consiguiendo. Este fin de semana, en el periódico más leído en Bizkaia – en ese periódico donde no han aparecido nunca ninguno de los informes que he mencionado en este artículo-, nos intentaban meter por los ojos como sería en el futuro la entrada de la alta velocidad a Bilbao y las supuestas “mejoras” urbanísticas que eso supondría. Apología pura y dura del pelotazo urbanístico. Pero han conseguido poner el debate donde les interesa a los poderes económicos que ese periódico, junto con PNV, PP y PSOE, representan. Debate que llevan años manteniendo en ese lugar, nadie habla del coste-beneficio del TAV, ¡eso sería un auténtico tostón gratuito! Sin embargo, se habla de la última transformación del Bilbao moderno y abierto al mundo que tenemos hoy en día. No podemos dejar escapar ese tren. Qué más dan 500 o 600 millones si hacen falta. Qué más da que los pague quien tiene competencias, o quién no. ¡Dejad de fastidiar con los datos y los informes antisistema, que con el Bilbao y la Euzkadi del futuro no se juega!
Todo esto es un auténtico despropósito, y lo saben. Llegará el día en que la mentira no se podrá sostener; el día en que el rey ya no irá vestido con sus mejores galas, sino desnudo. Y ese día, seguiremos pidiendo explicaciones y responsabilidades a todos y todas aquellas que han mirado para otro lado.
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