Un día después del 50 aniversario de la Guerra de Yom Kipur en 1973, Hamas lanza un ataque sobre Israel sin precedentes. Esta situación provoca uno de los mayores ataques de Israel sobre la población de Gaza y una declaración del estado de guerra.
La madrugada del sábado 7 de octubre las milicias palestinas de Gaza entran en territorio israelí tras haber disparado varios miles de cohetes sobre el mismo. El Gobierno de Gaza, dirigido por el partido islamista “Hamas”, declara que es una respuesta a las agresiones que vienen sufriendo el último año los palestinos como consecuencia de las incursiones del ejército israelí en Gaza y Cisjordania, así como los ataques de los grupos armados de los colonos israelíes, que han costado unos 204 muertos, de los cuales 37 son niños, así como varios bombardeos en las ciudades de la Autoridad Nacional Palestina. La operación de las milicias palestinas ha sido llamada “tormenta de Alqsa” y tiene como objetivo provocar una rebelión contra la ocupación israelí en todos los territorios que están en manos de los palestinos, incluyendo Cisjordania.
El gobierno de Netanyahu ha declarado el estado de guerra, la movilización de los reservistas y el bombardeo masivo de la franja de Gaza para responder a la ofensiva palestina, provocando miles de muertos y heridos y amenazando con la ocupación de dicha región que intensificaría la presión de la ocupación militar que sufre el pueblo palestino.
En el 2023 el Gobierno ha celebrado el 75 aniversario de la fundación del Estado de Israel, construido sobre la ocupación del territorio palestino, bajo una limpieza étnica de sus habitantes, donde decenas de miles tuvieron que salir al exilio, acabando en campos de refugiados de varios países árabes. Desde entonces todos los gobiernos israelíes han aplicado la misma política, mantener la ocupación, expulsar a los habitantes y repartir las tierras y el suelo arrebatado a los colonos israelíes, impulsando para ello guerras contra los estados árabes limítrofes y arrebatándoles partes de su territorio para mantener un cordón de seguridad que garantizase la estabilidad de la ocupación militar de Palestina.
La respuesta de Israel a la “Tormenta de Alqsa” es similar a la adoptada en condiciones anteriores con la excusa de que la operación militar palestina pone en peligro la seguridad israelí, para proceder a intensificar la ocupación de Palestina y debilitar más su capacidad de resistencia.
Ante esta situación, el Gobierno español, la Unión Europea y los EEUU han manifestado su apoyo a la guerra declarada por Israel, en nombre del derecho a su defensa de su país, olvidando las masacres que el mismo viene cometiendo y la ocupación militar del territorio del Estado Palestino. A diferencia de su hipócrita preocupación por los derechos humanos en Ucrania y su defensa frente a la ocupación, en el caso de la guerra de Israel no le preocupan los derechos humanos palestinos ni la ocupación militar que sufren.
La paz es incompatible con la ocupación israelí del territorio palestino y las políticas de Apartheid, sin un Estado Palestino y sin derecho al retorno de todos los refugiados y exiliados palestinos.
Desde CGT no justificamos ninguna respuesta bélica a ningún conflicto, pero sí apoyamos de manera rotunda la autodefensa del pueblo palestino y condenamos una vez más al estado genocida de Israel y a aquellos gobiernos que, basándose en intereses económicos, lo apoyan dejando de lado a miles de familias palestinas que viven bajo una amenaza constante.
La CGT llama a toda la clase trabajadora en el Estado español a participar en todas las convocatorias de solidaridad con el pueblo palestino, y toda clase protestas que se convoquen contra la guerra declarada por el Estado Israelí contra el pueblo palestino, pidiendo en las mismas lo siguiente:
Ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales con el Estado de Israel hasta que no finalice esa guerra y se retire de suelo palestino.
Ni un euro de nuestro país para esta guerra de agresión y ocupación, ni entrega de armamento o suministros militares.
Reconocimiento de asilo y refugio para todas las personas desplazadas por este conflicto, así como para desertores y objetores.
Inmediata liberación de todos las personas presas y prisioneras políticas palestinas en cárceles israelíes, así como la concesión de asilo y refugio en el Estado español para todos los luchadores palestinos.
Por el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a la resistencia contra la ocupación militar israelí de su suelo.
La hermandad entre los pueblos y entre la clase trabajadora debe de ser la base para terminar con todas las guerras en cualquier parte del mundo, y para frenar los intereses de las potencias económicas y militares.
¡Alto el fuego inmediato! ¡Solidaridad internacionalista con el pueblo palestino!
¡Viva Palestina Libre!
Secretariado Permanente del Comité Confederal