Hoy ha sido un día de movilizaciones en Hego Euskal Herria. Desde por la mañana, miles de personas hemos salido a la calle en los diferentes pueblos y capitales, para gritar a favor de un trabajo, unas pensiones y una vida dignas para todas las personas y decir no a las reformas de pensiones y reformas laborales. Con esta misma reivindicación, una diversidad de agentes y colectivos del movimiento popular, se han sumado a las movilizaciones convocadas por los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEILAS, ETXALDE, HIRU, CGT y CNT.
Se están decidiendo medidas importantes, que afectan directamente a nuestras vidas, son decisiones que se están tomando ahora y van a determinar las líneas maestras de las políticas públicas y el marco político general, de la próxima década.
Mañana se vota la primera parte de la reforma de las pensiones. La semana pasada se dio una votación que validaba los recortes. Una votación que es la antesala del pleno del Congreso que se celebra mañana, una votación en la que el PNV dio su voto favorable y EH Bildu se abstuvo. Ya ha dicho el movimiento de pensionistas, que lo que hay que hacer con ese proyecto es echarlo a la basura.
Nos ocultan que se quiere alargar el periodo de cotización hasta los 35 años, ocultan algunos de los factores que definen el mecanismo de integración de equidad intergeneracional que no se han hecho públicos. Nos ocultan también cuánto nos van a costar en deducciones fiscales los famosos planes privados de pensiones.
La sanidad pública está ahora peor que cuando comenzó la crisis. Sigue sin reforzarse la atención primaria y ahora se acaba de despedir a miles de trabajadoras contratadas como refuerzo.
La escuela pública sigue siendo el patito feo, por más que la comunidad educativa se haya levantado, no hay ni una sola medida para revertir la falta de medios. Así en los presupuestos del Gobierno Vasco, se plantean 29 millones menos del gasto previsto para este año.
En cuanto al sistema de cuidados, todavía seguimos con los ratios de los años 80. Los cuidados siguen relegados a la esfera de lo privado, cargado sobre las espaldas de las mujeres y cuando se dan en el ámbito laboral, nos encontramos con privatizaciones, precariedad y pobreza salarial.
Nada se ha aprendido de la primera ola del coronavirus. También se ha olvidado que fueron los servicios públicos los que nos protegieron a todos y a todas. Las que antes fueron heroínas ahora vuelven a ser olvidadas. En los presupuestos del Gobierno vasco en salud, ahora se plantean 17 millones menos de gasto que en este año 2021.
Con ese mal llamado diálogo social, no se garantiza el derecho a negociar las condiciones de trabajo, por lo consideramos que esa reforma laboral hay que pararla, y no aceptar que se pisoteen nuestros derechos a mejorar las condiciones de miseria. Hay que exigirle más a este Gobierno; tenemos que exigirle que los derechos de las trabajadoras del hogar sean equiparados de una vez por todas, a los derechos del conjunto de las personas trabajadoras. Además y que se ponga fin a la brecha de género en salarios y pensiones.
Tenemos que exigir que se pongan límites a la subcontratación, que no se permita precarizar el trabajo a través de la cadena contratación, porque mientras algunos partidos y sindicatos creen en la política institucional o en el diálogo social estéril, los colectivos y sindicatos que hoy han salido a calle, consideramos que la movilización y la huelga son las mejores herramientas.
