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Semana tras semana asistimos a una subida de la luz y de las tarifas eléctricas, situándose en cotas históricas nunca conocidas. Subidas que junto a las del gas y los carburantes están provocando que el alza de la inflación y del coste de la vida alcance un nivel interanual en agosto del 3,30%.
Estas subidas afectan especialmente a las personas con menores ingresos y personas pensionistas con pensiones miserables que malviven en la pobreza energética. Mientras tanto los beneficios del monopolio de las grandes empresas eléctricas aumentan de manera escandalosa. En el año 2020 fueron así: Iberdrola 3610,7 millones de euros; Endesa, 1.394 millones de euros; Naturgy, 490 millones de euros y, EDP, 556. El año 2021 sus ganancias van a ser incluso mayores que las del año pasado.
La única medida paliativa tomada por el Gobierno para reducir la factura eléctrica ha sido bajar el IVA, del 21% al 10%. Pero sólo ha supuesto un pequeño ahorro de 8 a 12 de euros, de los 28 euros de media que ha aumentado la factura desde julio del año pasado al actual. El gobierno de Pedro Sánchez, al igual que los anteriores del PSOE y PP, no tiene voluntad real de solucionar el problema y los dos partidos de la coalición del Gobierno no se ponen de acuerdo en tomar medidas concretas y eficaces. La vicepresidenta primera, Teresa Ribera, manifestaba hace unos días que “no pueden establecer precios ni máximos ni mínimos, ni tomar otras medidas, porque las regulaciones sobre la luz y las energías las establece la Unión Europea y en caso de tomarlas sufrirían penalizaciones económicas muy fuertes”.
Lo que no explica la Sra. ministra es porqué con la misma legislación europea, en la segunda quincena de agosto, el Estado ostenta el lamentable honor de tener un precio de la energía 14% más alto que la media europea y de ser el segundo país europeo con la electricidad más cara. Ni porqué desde el cierre de mayo el precio de la electricidad se ha incrementado un 57% después de incrementar el 37% la producción hidroeléctrica, (la más barata) vaciando los pantanos. Tampoco porqué han subido tanto los precios de las tarifas eléctricas de uso doméstico.
En el Estado, estos oligopolios de la energía han conseguido privatizar totalmente la producción y el mercado eléctrico y decidir los precios a aplicar a las personas consumidoras con el beneplácito de los grandes partidos PP y PSOE, muchos de cuyos dirigentes han sido y son recolocados en esas grandes eléctricas con sueldos de cientos de miles de euros al año. Tampoco podemos dejar de lado al Gobierno de Gasteiz, hegemonizado por el PNV, que mira para otro lado ante la subida de las facturas eléctricas y algunos de sus miembros también ocuparon jugosos puestos en esas empresas.
El problema de los precios de la energía requiere medidas estructurales para acabar con el monopolio eléctrico, impulsar la publificación del servicio eléctrico descentralizando su producción y comercialización; fijar precios máximos de la energía y reducir el escandaloso reparto de beneficios de los accionistas en beneficio del abaratamiento del coste de la energía.
Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria
13-septiembre-2021