En los cinco primeros meses de 2021 se han producido 447.104 accidentes de trabajo, de los que 222.692 han causado la baja laboral del trabajador (aumentando este dato en un 23,1%) y 224.412 no han producido incapacidad temporal (experimentando un aumento del 14%). Además, se han producido 279 accidentes mortales, 9 menos que en el mismo periodo de 2020, es decir un 3,1 %, pero una cifra inaceptable que exige actuar ya contra esta lacra social.
Del total de personas fallecidas, 225 personas murieron durante la jornada de trabajo, y 54 in itinere. De esta cifra destaca el número de trabajadores y trabajadoras que murieron en el sector servicios: 125, 24 más que en el mismo periodo de 2020, lo que supone un incremento del 23,8%. En el sector industrial murieron 42 personas, en construcción 40 y 18 en el sector agrario.
La primera causa de estas muertes son los infartos y derrames cerebrales con 86 accidentes.
5.747 accidentes de trabajo
Por otra parte, durante los 5 primeros meses del año se han registrado 5.747 accidentes de trabajo debidos a la COVID-19, de los que 5 han sido mortales.
La precariedad laboral mata y el Gobierno debe responsabilizarse y derogar ya las reformas laborales. Las precarias condiciones del sector servicios ha influido en las cifras de siniestralidad laboral y la alta temporalidad en la contratación hace que muchas personas trabajadoras no reciban formación en materia preventiva, ni se produzca la necesaria vigilancia de la salud por parte de las empresas, ambas cuestiones son obligatorias según la Ley de prevención de Riesgos laborales.
Por otra parte, el incremento de los riesgos psicosociales, por las pésimas condiciones laborales, provocan que la primera causa de la muerte, durante la jornada de trabajo, sigan siendo los infartos y derrames cerebrales.
Un plan de choque
Es necesario articular un Plan del Choque contra la siniestralidad laboral de forma inmediata, que incluya medidas para reducir la incidencia de los riesgos psicosociales que sufren los trabajadores.
El Ejecutivo no debe mirar hacia otro lado y poner los medios necesarios para evitar muchos accidentes que no deberían producirse si se cumpliera la ley.
Otros datos
- 222 accidentes con baja durante la jornada laboral se registraron entre trabajadores asalariados (lo que supone un aumento del 22,8% respecto al dato publicado de los cinco primeros meses de 2020) y 13.470 entre trabajadores por cuenta propia (aumentando en este caso un 27,5%).
- Los hombres han sufrido la mayor parte de los accidentes de trabajo con baja durante la jornada laboral con 140.113 accidentes (+20,2%) lo que supone un 72%. Ahora bien, entre las mujeres ha aumentado más este tipo de accidentes (+24,4%).
- La incidencia de los accidentes de trabajo en jornada laboral aumenta en un 20,1%. El aumento de la incidencia es generalizado en todas las secciones de actividad.
- Destaca el aumento del 49,9% del índice de incidencia de los accidentes con baja ocurrido durante la jornada laboral en las actividades sanitarias y de servicios sociales, en el que además se han registrado 19.362 accidentes laborales, aumentando en un 56 %. Este colectivo se está viendo seriamente afectado por los efectos de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, que, unido a la precariedad de sus condiciones laborales debido a la elevada temporalidad y rotación de los puestos, el exceso de carga de trabajo y el miedo al contagio, está generando un aumento de los accidentes laborales, una vez más se pone de manifiesto que acabar con la precariedad laboral es esencial para hacer descender los accidentes de trabajo.
- Los sectores que tradicionalmente registraban mayores incidencias vuelven a estar a la cabeza tras el parón de actividad de 2020. La construcción, las industrias extractivas y el suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos, son sectores de actividad golpeados duramente por la siniestralidad laboral y en los que debe actuarse de manera inmediata para parar el incremento de los accidentes de trabajo.
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