CGT/LKN Bizkaia se ha movilizado, para exigir la derogación de las Reformas Laborales y para evitar que los grandes sindicatos, vuelvan a negociar migajas a cambio de prebendas, que en absoluto significarán ningún tipo de mejora para la clase trabajadora. Las modificaciones puntuales a estas dos Reformas Laborales, la de Zapatero en 2010 y la de Rajoy en 2012, no servirán de nada.
Las Reformas Laborales, lejos de mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras, han ayudado a consolidar un mercado laboral basado en la subcontratación, la especulación y la temporalidad, que lejos de acabar con el paro ha conseguido que la estabilidad laboral sólo sea posible en periodos continuos de intermitencia.
CGT/LKN apuesta por la derogación íntegramente para evitar despidos masivos una vez finalizados los ERTE de la pandemia que aún nos azota, las indemnizaciones de miseria en caso de despido, el incremento de la temporalidad que impide a la gente poder desarrollar proyectos de vida dignas, el desmantelamiento de la negociación colectiva, la falta de supervisión por parte de la autoridad laboral en los ERE y la rebaja en cuanto a sus requisitos.
CGT/LKN culpa al gobierno PSOE-UNIDAS PODEMOS de desinterés en derogar las reformas laborales y de no hacer nada para mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras, y de mantener un mercado laboral basado en la subcontratación, la especulación y la temporalidad para agradar a la patronal, donde el denominado “diálogo social”, no es más que la antesala del pacto social, donde “algo va a cambiar” para que todo siga igual.
Para poder echar abajo las reformas laborales no basta con los amagos de la Ministra, las negociaciones en un despacho con la patronal y los discursos de CC.OO. y UGT en contra de esta ley. Lo que realmente es necesario es un plan de lucha en los centros de trabajo que culmine de una gran movilización obrera y popular, continua y sostenida hasta su derogación. Por eso es imprescindible que volvamos a tomar las calles, que lancemos un mensaje claro y rotundo y que demostremos que, la clase trabajadora de este país, no se pliega ni a las promesas incumplidas de unos ni a las amenazas de otros.