Un nuevo informe del Consejo de Europa coloca a España como uno de los países de Europa con las condenas más largas, con más extranjeros en prisión y con la población carcelaria más envejecida.
Los suicidios en las cárceles españolas son diez veces más frecuentes que fuera de ellas. Así lo muestra el informe sobre las prisiones europeas Space I – 2020, elaborado anualmente por el Consejo de Europa. En 2019, último año con datos completos, 49 personas se quitaron la vida en los centros penitenciarios españoles, seis de ellos sin una sentencia definitiva. Unos datos que sitúan a España un 25% por encima de la media europea.
El Consejo de Europa coloca a España entre los países con más personas presas en relación a su población. En enero de 2020, España contaba con 58.372 presos, unos datos que la sitúan en el octavo lugar del ranking.
Las altas cifras de personas encarceladas persisten, a pesar de que el ratio de presos en España no ha dejado de caer en la última década. De 163 presos por cada 100.000 habitantes que había en 2010, la tasa se redujo a 123 por cada 100.000 en 2020, un 24,4% menos. Y más lo ha hecho en el último año: los datos del informe no recogen la liberación de presos que se produjo en los primeros meses de la pandemia. En el Estado español, el 7,4% de la población reclusa fue liberada, una cifra considerada “absolutamente insuficiente” por las organizaciones de derechos humanos y que solo se consiguió gracias a Catalunya, que liberó al 17% de las personas presas.
Entre las razones para vaciar las prisiones ante el avance de la pandemia, las organizaciones de defensa de las personas presas señalan el alto peligro que supone el entorno carcelario para miles de personas recluidas que presentan diversos tipos de enfermedades y tienen una edad avanzada. Una realidad que confirma el reciente informe del Consejo de Europa, que vuelve a situar a España entre los países con la población carcelaria más envejecida: 11.718 presos tienen más de 50 años, el 20,1%. Solo Italia, Portugal, Macedonia y Liechtenstein superan a España en este aspecto. La media de edad del preso en España es de 40,2 años, una vez más entre las más altas de la muestra.
También España se sitúa en la lista de países que lideran el ranking de mujeres en prisión. Con 4.322 mujeres encerradas, el 7,4% de todas las personas reclusas, las cifras de las cárceles españolas solo son superadas por Rusia, Mónaco, Liechtenstein, Andorra, República Checa, Hungría y Letonia.
Las cifras del informe Space I – 2020 confirman una tendencia convertida en norma en toda Europa: la presencia sobredimensionada en las cárceles de personas de origen extranjero.
En España, a principios de 2020 había 15.188 presos extranjeros, que representan un 28,1%, más del doble que el porcentaje de migrantes que hay en el Estado español, que se situó este año en el 12,9%. Las cifras españolas están entre las más altas de Europa, pero vuelven a ser superadas, entre otros países, por Italia, donde el 32,4% de la población reclusa es extranjera; por Bélgica, con el 44,3%; por Austria, con el 54,1%, o por Grecia, con el 59,1%. En el caso de Catalunya, que tiene sistema penitenciario propio y está segregada en todos los datos del estudio, el 46,25% de los presos son extranjeros. Sin embargo, es en los países más pequeños donde se dan las mayores cifras de extranjeros encarcelados, concretamente en Andorra, con el 65,9%, y en Liechtenstein, con el 66,7%.
La enorme mayoría de las personas presas extranjeras en España son hombres, pero la presencia de mujeres extranjeras encarceladas es mucho mayor que en otros países del entorno. El español es el Estado europeo con más mujeres extranjeras presas, con 1.230, muy lejos del segundo país, Italia, con 967, y más aún lejos del tercero, Francia, con 743 extranjeras en las cárceles.
La cárcel es cosa de pobres y este informe del Consejo de Europa lo confirma con datos. En España, solo el 5,7% de los reclusos cumple condena por delitos financieros o económicos, unos 2.817 en concreto.
Los delitos violentos, entre ellos asesinato, tentativa de asesinato, violación, abusos sexuales y asalto con lesiones, han llevado a las cárceles españolas a 9.706 personas, el 19,9% de todos los internos. 209 están en prisión por terrorismo, el 0,4%. Y el resto, la enorme mayoría, por delitos de robo (32%), hurto (4,3%) y narcotráfico (17%), todos estos delitos asociados a personas de bajos recursos y a menudo a condiciones de marginalidad.
El informe del Consejo de Europa desmonta uno de los argumentos más repetidos por las fuerzas de derecha y extrema derecha sobre una supuesta benevolencia del sistema penal. Según este estudio de estadística penal, España figura como el tercer país de la UE con condenas más largas. En las cárceles españolas hay 2.323 personas que cumplen penas de más de 20 años, unas cifras absolutas solo superadas de cerca por Italia y Grecia, y con mucha diferencia por Rusia y Turquía, que ganan todas las comparaciones en cantidad de reclusos, hacinamiento y dureza de las condenas.