Demoledoras declaraciones, después de la sentencia del la Sala Segunda del Tribunal Supremo, del llamado procés catalán, que se hizo pública el 14 de Octubre de 2019, acerca de un «subsistema judicial que tiene un hilo conductor con la dictadura de la policía«, un juez garantista contra los «delitos que puede cometer un agente de policía». Accede al cargo de Juez de Control en los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Madrid al que llama «islote sin derechos» en 1986.
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En España «en general se está utilizando la prisión preventiva a modo de escarmiento y sobre todo (buscando) el efecto desaliento». En relación a las detenciones arbitrarias que se están haciendo estos días, incluso un caso en el que lo dejaron ir a las 24 horas PORQUE NADIE SABÍA POR QUÉ LO HABÍAN DETENIDO «en Derecho Penal bajo ningún concepto un policía testigo puede tener Presunción de Veracidad, bajo ningún concepto esto vale en un Estado democrático».
«Hay una relación de compadreo (corporativismo) entre la mayoría de los Jueces de Instrucción … ( y ) si bien hay un sector progresista, hay un sector neofascista y autoritario». «Es para estar preocupado por la deriva autoritaria que viene y la que va a venir».
«Lo que más preocupa al sistema son las luchas pacíficas, Lo que tiene pánico es a las protestas pacíficas porque saben que ahí es donde al final, pierden».
«Sí, desgraciadamente sí que es posible que la policía manipule pruebas para encausar a alguien» y detalla cómo se hace y cómo en algunos casos podría desbloquearse esto. Pero por el mencionado corporativismo (que podría ser caracterizado como relación mafiosa) «no suele ocurrir que el Juez desconfíe de un policía».
«El problema no suele estar en toda la Policía, sino específicamente en los cuerpos antidisturbios y en toda España, Guardia Civil, Policía Nacional y lo que sea».
Acerca del Ministro Grande Marlasca, García de Dios coincidió alrededor de 6 años con él siendo ambos Juez de Instrucción. Lo caracteriza de tener una «acusada miseria moral». «Un Juez antigarantista, autoritario, con mentalidad policial. Que lo hace también en su complacencia con el subsistema policial, lo que le garantiza su ascenso hasta la posición de ministro siendo un juez mediocre y autoritario».
Acerca de Carlos Lesmes, «es el prototipo del Príncipe del siglo XVI». «Si bien no todas sus actuaciones son de juez prevaricador, en multitud de ocasiones los criterios de mérito y capacidad para los nombramientos los ignora totalmente y opera al servicio de los partidos (del poder político). Hoy por ti, mañana por el otro.» «Si el Consejo General del Poder Judicial ya tiene poca credibilidad, Lesmes y este Consejo han contribuido a degradarlo aún más.»
«Marchena es el clásico jurista del Príncipe. Es capaz de a cualquier letra ponerle aparente música jurídica». «A la letra del oe, oe, oe, a por ellos, ponerle música jurídica».
«Los sindicatos policiales no son tales, son cofradías policiales. No son para luchar contra los patrones. Atacan sistemáticamente cualquier crítica.»
Si este país está como está, es porque fundamentalmente la mayoría de españoles lo quiere así. Mediante sus votos confirman una y otra vez que prefieren un país corrupto, antidemocrático, mediocre, inteolerante y donde el riesgo no lo corran los delincuentes sino los ‘inconvenientes’, los que puedan obstaculizar que todo siga igual. No deberían llamarse Constitucionalistas porque son todo lo contrario, deberían llamarse Continuistas, solo quieren la continuidad y el status-quo para que nada cambie, aún a costa de que la Ley sea puro cuento y quienes la representan, una pandilla de tahures bien vestidos.