<<Todo empezó el 31 de enero de 2013. El diario El País publica ese día en su primera página las cuentas secretas del PP escritas por Bárcenas entre 1990 y 2008>>, recordaba a sus lectores el rotativo el pasado domingo 7 de febrero. Pero no es verdad. Ese no es el origen del <<caso Bárcenas>>, por mucho que lo pregone el informativo preferido de Ferraz. Otro medio se le adelantó a la hora destapar la corrupción del Partido Popular. Su rival El Mundo, dirigido por Pedro José Ramírez, era quien en realidad había cosechado el mérito de deflagrar la exclusiva. En concreto, el 13 de ese mismo mes, Eduardo Inda, en la actualidad al frente de controvertido digital OKdiario, publicaba en portada la noticia que ocho años más tarde continua desestabilizando a Génova 13. <<Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP>>, era su demoledor titular. Y por si fuera poco, unos meses después, el mismo periodista aportaba otro elemento decisivo más sobre la trama al revelar el sms que Mariano Rajoy envío a Bárcenas en plena crisis:<<Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos>>.
El rotativo entonces controlado por Juan Luis Cebrián lo que hizo el último día de ese primer mes de aquel año fue dar a conocer fotocopias de los <<papeles de Bárcenas>>. Un conjunto de cuartillas a rayas donde el tesorero del PP consignaba entregas de dinero en efectivo a algunos dirigentes del partido, anotadas de su puño y letra en una contabilidad paralela. Lo que se ha conocido como los <<sobresueldos>> del PP. Una práctica que abarca especialmente el periodo en que José María Aznar presidia la formación conservadora. Además, los documentos no habían sido obtenidos gracias a los esfuerzos de los sabuesos investigadores de El País, sino mediante lo que Cebrián tachaba de <<periodismo de buzoneo>>. Fueron puestos en poder del Grupo Prisa por un antiguo miembro de la dirección del PP, el ex diputado por Barcelona Carlos Trías Sagnier. Por supuesto, nada de ello lo reconoce El País cuando hoy rememora los hechos.
Pero hay un testigo del cargo. El propio Trías, amigo del extesorero del PP, lo descubre en su libro <<El baile de la corrupción>>. El País se benefició del fuego amigo así instigado. Allí admite que Bárcenas le dejó los documentos originales para que los guardara y que se quedó con una copia que pasó al letrado del diario Gerardo Viada. << […] No como abogado de El País sino como abogado y amigo íntimo>> (pág.126), para desmentirse líneas más bajo al admitir <<le dije que hiciera lo que quisiera con ellos, consciente de que esos papeles acabarían publicándose>> (pág.127). Por esas fechas, Jorge Trías era asesor jurídico de Israel en España, tras haberse postulado como ministro de Justicia en el gobierno de Aznar, como refiere entre bromas en <<sus memorias>>. En la actualidad, Trias lleva la representación de los intereses en nuestro país del dictador guineano Teodoro Obiang.
El anunció de un Barcenas finalmente dispuesto <<a tirar de la manta>> de la supuesta financiación ilegal del PP en vísperas del inicio del juicio, llega después de la sentencia del caso Gürtel. Un fallo confirmado por el Tribunal Supremo que supuso un total de 29 años y 1 mes para el ex tesorero y de 12 años y 11 meses para su mujer Rosalía Iglesias. Su cambio de estrategia también se activa tras contratar como nuevo defensor al marido de la administradora del Grupo Correa, Felisa Isabel Jordán, condenada a 14 años y 11 meses en la sentencia del caso Gürtel, de los que solo ha cumplido en la cárcel 16 meses.
De todas formas, entre el caso Gürtel y el de la presunta caja B del PP, ambos estratos del <<caso Bárcenas>>, hay notables diferencias. En el primero se juzgaba delitos cometidos por personas individuales, empresarios y políticos, por haber tejido una red de influencias en mutuo beneficio al margen de la legalidad. En el segundo lo que está en cuestión es la responsabilidad de un partido, formación considerada en la constitución vigente como <<elemento fundamental de la participación política>> (art.6). En concreto del Partido Popular, el primer partido de la aposición. Porque en el tiempo transcurrido entre la instrucción de ambos asuntos la tipificación jurídica aplicable se ha modificado radicalmente. Al contrario de lo ocurrido en el <<caso Gürtel>>, iniciado en 2009, lo que se dictamine en el juicio de <<los papeles de Bárcenas>> podría determinar, en una situación extrema, incluso la <<disolución de la persona jurídica>>. De ahí la dimensión política del bis de Bárcenas.
Es la soga en casa del ahorcado. La espada de Damocles que ahora se cierne sobre el futuro del Partido Popular trae causa de los profundos cambios introducidos en 2012 y 2015 por Mariano Rajoy en el Código Penal, agravando y ampliando la tipificación del delito de financiación ilegal (art. 31 bis del C.P.). Iniciativa del PP a la que se opuso el PSOE porque quería que los partidos políticos y sindicatos, en tanto en cuanto organizaciones sociales representativas, estuvieran excluidas de la reforma marianista.
Rafael Cid