La asociación de trabajadoras de hogar de Bizkaia ATH-ELE, ha presentado en rueda de prensa la estadística anual de la asociación en base a la información recogida sobre las condiciones laborales de las trabajadoras que acuden a la asesoría. Las portavoces de esta asociación, han dado cuenta en Bilbao de la situación del colectivo, que ha sentido «el abandono absoluto» por parte de las administraciones públicas durante la pandemia.
TRABAJADORAS INTERNAS
La práctica totalidad de las trabajadoras internas son mujeres migradas donde un 31 % tenían una situación administrativa irregular, sobre todo, en el caso de las extranjeras no comunitarias, según ha constatado a través de los datos sobre condiciones laborales recogidos el pasado año en la atención prestada en su asesoría, avisando de que continúa elevándose el porcentaje de internas sin papeles.
Denuncian que la Ley de Extranjería muestra toda su indecencia e hipocresía en el empleo de hogar. Trabajadoras sin regularizar están cubriendo necesidades de cuidado que de otra manera deberían atenderse con servicios sociales. La regularización por arraigo (la vía más utilizada) exige acreditar 3 años de estancia y es entonces cuando se puede solicitar, siempre que se cuente con esa oferta de contrato de trabajo
El abuso de los empleadores comienza a veces con la negativa a empadronar a la persona migrante que vive y duerme en su domicilio, lo que hace que algunas personas tengan que buscar y muchas veces pagar una vivienda en la que empadronarse. No hay en marcha ninguna medida de las autoridades responsables del empadronamiento para evitar esto.
El abuso de los empleadores continúa, no respetan las normas sobre jornada, salario , descansos de tal forma que se puede realizar un despido tras años de haber tenido a una persona silenciada y sometida por temor a la deportación. No hay en marcha ninguna medida real que haga que el empleador tema consecuencias de su conducta abusiva. Aclaran que aún sin permiso de trabajo, tienen los mismos derechos laborales, pero no los suelen poder ejercer por su situación de precariedad.
Los salarios de las internas de entresemana no se ajustan al mínimo en relación a todas las horas de jornada. De 2019 a 2020 ha habido un gran ascenso del porcentaje de trabajadoras cuyos salarios no llegan siquiera al mínimo por las 40 horas. En un 42,36 % de los casos persiste la entrega del sueldo en mano sin ningún tipo de documentación. Casi todas (un 89,31%) las trabajadoras internas en situación regular estaban de alta en la SS.
La mayoría de las personas en situación de dependencia por edad o enfermedad que están siendo atendidas en su casa por trabajadoras de hogar internas, son mujeres, que casi siempre viven solas. El cuidado en régimen interno se proporciona en condiciones ínfimas de seguridad y salud laboral. Debido al fallecimiento o ingreso residencial del empleador, un 26,64 % de las internas quedó en paro de un día para otro y sin prestación de desempleo.
TRABAJADORAS EXTERNAS
En el trabajo externo, hay un 14,14 % de trabajadoras en situación irregular, lo que supone una subida de casi 2 puntos respecto al año 2019. La cobertura de Seguridad Social en los empleos de hasta 10 horas semanales sigue subiendo cada año. La cobertura de Seguridad Social en el resto de empleos externos va ascendiendo según sube la jornada. Un 92,79 de quienes trabajaban a partir de las 21 horas semanales con situación administrativa regular, estaba de alta en la Seguridad Social.
La inmensa mayoría de las externas están a tiempo parcial. Dentro de ellas, estaban a tiempo parcial todas las extranjeras europeas, las autóctonas lo estaban casi en su totalidad (93,55%), seguidas por las de doble nacionalidad (71,88%) y por fin, dentro de las extranjeras no comunitarias, el trabajo a tiempo parcial era más frecuente cuando no tenían papeles (45,73%) que si los tenían (21,70%).
En un 43,77% de los casos en el trabajo externo no se alcanzaba el salario mínimo interprofesional, correspondiente a la jornada. En el trabajo externo es muy parecido el porcentaje de quienes solamente realizan tareas domésticas y de quienes están contratadas para cuidar criaturas y personas adultas. El 7,74 % de los ceses de externas que cuidaban, se habían producido por muerte o ingreso en residencia de la persona atendida.
EMPLEO DE HOGAR DURANTE EL CONFINAMIENTO DE MARZO A JUNIO 2020
La portavoz de ATH-ELE ha destacado que la precariedad del sector se ha manifestado «con toda su crudeza» en el contexto de la pandemia de covid-19, durante la cual «nunca» se ha comunicado al empleador que tuviese la obligación de proporcionar a la trabajadora equipos de protección para evitar contagios ni se ha planteado a las empleadas protocolos claros de actuación.
Además, «muchas» han seguido cuidando a las personas contagiadas ya que la alternativa era quedarse sin empleo en un sector en el que no hay ERTE de suspensión de contrato. Según la información de que dispone la asociación, trabajadoras sin papeles que enfermaron de Covid fueron despedidas de inmediato y la mayor carga laboral sufrida por el colectivo por el confinamiento no se compensó. En el trabajo externo, hubo contratos de cuidados de niños que se suspendieron nada más cerrar los centros escolares
Por último denuncian que el subsidio extraordinario para trabajadoras de hogar apareció el 1 de abril dirigido sólo a empleadas dadas de alta en la Seguridad Social y no pudo empezar a solicitarse hasta el 5 de mayo por lo que se empezó a cobrar en julio y todavía hoy hay gente que no ha cobrado. Por todo lo anterior la ATH-ELE ha reclamado a los Gobiernos central y vasco políticas públicas que controlen la situación del colectivo y ha pedido normas mejores y que se hagan cumplir.