Una operación política de gran alcance se está preparando en las cloacas del Estado (Los poderes fácticos), para conseguir un lavado de cara de las instituciones que se crearon a partir de los Pactos de la Moncloa del año 1977 y que dieron lugar a la constitución de 1978.
Sectores cada vez más amplios se están pronunciando por el fin de este sistema, la ruptura democrática y la iniciación de un nuevo proceso constituyente, potenciado por la aparición del 15M, del fenómeno Podemos, la movilización ciudadana en Catalunya por el derecho a decidir, el considerable aumento de la pobreza y el paro, la corrupción, etc.,
Se ha empezado con el lavado de cara de monarquía, con la coronación de Felipe VI, ante el deterior moral y físico de Juan Carlos I. No parece casual que de repente asistamos día a día a nuevos caso de corrupción. A las viejas figuras de la política del PP, PSOE y CiU, se las está dejando caer a base de dossiers, que de repente aparecen.
Y frente a todo esto un presidente salpicado por los innumerables caso de corrupción y de ilegalidades de su partido, que se empezaron a destapar con la financiación ilegal del mismo a raíz del caso Bárcenas. Y una Vicepresidenta que se presenta impoluta a los ojos de la opinión pública y con el marchamo de la eficacia, como en la reciente crisis del ébola.
Una Vicepresidenta que entre sus competencias figura el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Presidenta de la comisión general de secretarios de estado y subsecretarios, Presidenta de la Comisión para asuntos de Inteligencia, donde están el ministro de exteriores y de cooperación, de defensa, el secretario de estado de seguridad y el director de (CNI), Presidenta de la comisión científica y tecnológica, presidenta para las políticas de igualdad, asuntos económicos, asuntos culturales y de seguridad nacional.
Además es la interlocutora del Gobierno con el Ejecutivo vasco, lideró las negociaciones de la Ley de Transparencia y también asumió las negociaciones para la renovación del Tribunal Constitucional y está al frente del comité interministerial e interdisciplinar que coordina la respuesta al contagio de ébola.
Soraya, que tiene en su poder los resortes más importantes de la información y del poder real del Estado, visibles e invisibles, va a ser presentada junto con un equipo de jóvenes figuras políticas en alza, como la salvadora del PP. Los poderes fácticos del Estado, están con los ganadores. Los perdedores han caído en desgracia y se les deja caer, procurarán que su cárcel o su retiro sea lo más dorado posible. Se avecinan unos nuevos pactos de la Mancloa, es decir por arriba, donde las élites pactarán para que algo cambie y su poder siga igual.
