Listas de espera que saturan periódicamente los hospitales, falta de camas en el hospital de Cruces, desvió a la sanidad privada de partes rentables como diagnósticos y pequeñas intervenciones, externalización de servicios como la limpieza y cocina, exclusión de la atención sanitaria integral a parte la población (inmigrantes sin papeles, jóvenes parados mayores de 26 años, etc.), repago de medicamentos para pensionistas y fármacos para enfermos crónicos y muy graves.
Toda una estrategia para empeorar la sanidad pública diseñada por el Consejero Jon Darpón, el que fuera hasta 2012 el jefe de las clínicas de IMQ, entre ellas la recientemente construida de Zorrotzaure. Toda una campaña para desprestigiar la sanidad pública con el objetivo de introducir la idea de que la atención sanitaria no es un servicio básico y acostumbrarnos a la idea de que debemos estar asegurados, favoreciendo a los seguros privados.
Campaña que desde hace unos días, se viene intensificando en los teleberris del ente Público ETB, donde nos cuentan que abusamos de las urgencias, no acudimos a las citas, de que debemos saber cuánto cuestan los servicios de sanidad prestados, etc.
Ahora bien la sanidad privada mata; el ser atendido en un hospital privado aumenta la probabilidad de muerte, porque no se atiende a las personas enfermas, se busca fundamentalmente el beneficio privado. Es menor el número de sanitarios por cama y se incentiva la reducción del gasto sanitario porque es un negocio, no un servicio.