Declaración unitaria de Sindicatos Ferroviarios Europeos

Esto se inscribe en la lucha global que libran empresarios, accionistas y banqueros, en contra de quienes viven del fruto de su trabajo. En todos los países, el gobierno y la patronal imponen una serie de planes de austeridad que responden a las exigencias de las instituciones internacionales: el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Central Europeo, etc. Su receta es simple: hacer pagar a los pueblos, explotar cada vez más a las personas trabajadoras, para aumentar el poder y los beneficios de una pequeña minoría que les explota.

El sindicalismo tiene la responsabilidad de proponer alternativas y construir una relación de fuerzas que permita a los trabajadores y trabajadoras revertir esta tendencia. Es necesario en el plano interprofesional, para unificar nuestras luchas y poder ofrecer nuevas perspectivas de cambios profundos en la organización de la sociedad. Es indispensable en cada sector profesional, para vincular este enfoque a la realidad cotidiana, y para que pueda ser interiorizado y aplicado por la clase trabajadora.

Nuestras organizaciones sindicales nos hemos reunido en repetidas ocasiones. Queremos transmitir a los ferroviarios y las ferroviarias de los distintos países europeos nuestro acuerdo sobre los puntos que aquí se recogen y trabajaremos juntos para llevar a cabo las movilizaciones necesarias. Nuestros pasos siguen los de la Red Internacional de Solidaridad y Luchas y de la Red Rail Sin Fronteras; siempre dentro del respeto de la decisión de cada una de nuestras organizaciones de pertenecer o no a una internacional sindical; sobre todo, estamos abiertos a todas las organizaciones que compartan esta declaración y la apliquen en su práctica cotidiana.

Tras la implantación del “modelo inglés” en los años 90 y sus trágicos accidentes, la privatización de los ferrocarriles se está generalizando por toda Europa.

Esto se está haciendo de diferentes formas: transferencia de actividades hacia empresas privadas (restauración y servicios a bordo, limpieza, atención al cliente…), multiplicación de filiales de empresas privadas donde el personal no tiene las garantías laborales del personal ferroviario de las empresas públicas, separación de la Infraestructura y la Explotación, creación de compañías ferroviarias privadas que imponen pésimas condiciones de trabajo a su personal. Mientras tanto, en las empresas públicas que quedan las constantes reestructuraciones tienen importantes consecuencias: supresión masiva de empleos, absurda competencia entre servicios, accidentes de trabajo…

Los gobiernos y las patronales de cada uno de nuestros países multiplican sus esfuerzos mediante toda clase de informes para tratar de convencernos de que la privatización de los ferrocarriles es inevitable. Pero no se basan en ninguna evaluación seria de la “liberalización” que ya se aplica desde hace más de 20 años… ¡al contrario! Si bien el transporte ferroviario es el mejor medio de transporte, social y ambientalmente, el tráfico de mercancías por ferrocarril ha ido disminuyendo en beneficio de la carretera, medio más peligroso y en el que impera el dumping social. Por su parte, los viajeros se encuentran con que los trenes son cada día más caros, con más retrasos, con trenes suprimidos, con estaciones cerradas. Fruto de la fragmentación de las redes ferroviarias, proliferan nuevas empresas, a menudo con intereses contrapuestos entre sí, lo que empieza a suponer riesgos significativos para la seguridad.

¡Stop a la destrucción de nuestras vidas y del servicio público ferroviario!

Los gravísimos accidentes ferroviarios que hemos padecido en el verano de 2013, en Francia, en España y en Suiza, aunque tienen diferentes causas, ilustran dramáticamente las limitaciones de este sistema. Los sindicatos ferroviarios no hemos cesado de advertir sobre los peligros de las políticas impuestas en nuestras redes. Es hora de poner fin a este desastre, a esas peligrosas medidas, a este saqueo del servicio público ferroviario.

20 años de experiencia lo demuestran: la privatización no es una buena solución … sin embargo los gobiernos, las patronales, las instituciones europeas, quieren seguir privatizando aún más. A pesar de que la privatización no ha funcionado con las mercancías, se nos plantea hacer lo mismo con el tráfico de viajeros y con la gestión de las estaciones.

El transporte ferroviario de mercancías ha sufrido el primer golpe privatizador.

En toda Europa, empresas privadas de transporte ferroviario ofrecen ahora este tráfico, en detrimento de los operadores ferroviarios públicos. ¿Cuál ha sido el resultado? Decenas de miles de ferroviarios y ferroviarias trabajan ahora con menos derechos, con condiciones de trabajo mucho peores. Las empresas privadas de transporte ferroviario se enriquecen a costa de los derechos de los ferroviarios y ferroviarias. Y al contrario de lo que anunciaron los liberales europeos, esto no ha permitido aumentar el tráfico; al contrario, el tráfico ferroviario de mercancías no deja de disminuir, ya que existe una decisión política de favorecer a la patronal del sector de la carretera, donde las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras son aún peores.

El desarrollo del tráfico ferroviario de mercancías es una necesidad social y ecológica. Es un servicio que debe ser asegurado por empresas públicas.

Detengamos el ataque al transporte de viajeros.

La privatización del transporte de mercancías es perjudicial para los ferroviarios y ferroviarias y para la sociedad en su conjunto. Pero los gobiernos y las patronales siguen insistiendo y organizando la privatización del transporte de viajeros. En lugar de cooperar entre ellas, las empresas publicas de cada país se lanzan a sacar partido de la privatización de sus vecinos. Y cuando se ponen de acuerdo entre ellas, es para sustituir empresas públicas por nuevas empresas donde los ferroviarios y las ferroviarias tengan menos derechos.

Hay que terminar con el juego del “Monopoly ferroviario” al que se dedica la patronal de los ferrocarriles europeos ! La ciudadanía de nuestros países necesita trenes seguros, puntuales, limpios y en buenas condiciones, con personal a bordo y con personal también en las estaciones. Un servicio público que debe ser garantizado por empresas públicas.

En lo que se refiere a las propuestas de la Comisión Europea de una modificación del reglamento 1370/2007 OSP, sería ilusorio creer que aporta una mejora de las obligaciones de servicio público. La fórmula ya utilizada no tiene otro objetivo que obligar a los trabajadores y trabajadoras a competir entre sí, para reducir los costes salariales y deteriorar sus condiciones de trabajo en nombre del dogma europeo.

Es inconcebible garantizar a los usuarios un servicio público de calidad, asegurar la puntualidad y la seguridad de los trenes, imponiendo la precariedad y las malas condiciones de trabajo a los asalariados y asalariadas del sector.

Más democracia local y regional no significa ni obliga a privatizar.

Somos favorables a que los servicios públicos sean gestionados lo más cerca posible de la ciudadanía, pero la segregación de las redes públicas no tienen ninguna utilidad para los usuarios, y sirve sobre todo para atacar a los derechos laborales de los ferroviarios y las ferroviarias; las empresas privadas se hacen con estos mercados y utilizan personal cuya formación ha sido financiada por las empresas públicas, y aplican normas laborales que ya no son las de las empresas públicas.
En todas las regiones y en todos los países de Europa, el transporte ferroviario es un servicio publico que debe ser garantizado por empresas públicas.

La infraestructura y la explotación ferroviarias son complementarias.

La gestión de la infraestructura no puede hacerse de forma independiente a su explotación; hay que acabar con la separación entre empresas con intereses opuestos, puesto que es una fuente de disfunciones repetidas, de despilfarro financiero y un peligro para la seguridad en la circulación y del personal ferroviario y los usuarios. En Italia por ejemplo, los lobbys financieros están presionando para conseguir una separación aún más profunda entre la Red y el Operador, con el objetivo de romper la empresa pública, de favorecer a las empresas privadas y de crear una sociedad específica para la Alta Velocidad que cotizaría en bolsa. Sin embargo, las directivas europeas no imponen que tengan que ser empresas distintas. La organización puesta en marcha en Alemania ha demostrado su eficacia. ¿Es por eso que los liberales la atacan ? El Gobierno Belga debe renunciar a separar la SNCB en dos. Los Gobiernos francés y español deben extraer las consecuencias de la desorganización producida desde hace quince años y revisar sus proyectos, que no responden a las necesidades de la población.

Necesitamos un servicio público ferroviario, garantizado por todos los ferroviarios y ferroviarias reunidos en un solo ente. ¡Reunificar el sistema ferroviario es una necesidad en todos los países!

Basta de saqueo de los bienes públicos.

La gestión de las infraestructuras ferroviarias debe hacerse en función de las necesidades colectivas y no sobre la base de la rentabilidad financiera y del provecho de grupos privados. Hay que acabar con la hipocresía de las “asociaciones publico/privadas” que consisten en que el dinero público genere beneficios para ser inmediatamente confiscados por los accionistas de las empresas privadas.

La gestión, el mantenimiento, la creación o la renovación de infraestructuras ferroviarias son un servicio público que debe ser garantizado por empresas públicas. La financiación de las inversiones útiles debe ser garantizada por los entes públicos. Es la clave para un ferrocarril competitivo, que responda a las necesidades de movilidad y a los imperativos ecológicos.

Denunciamos los grandes proyectos inútiles que no tienen interés para el conjunto de la ciudadanía y que sólo pretenden aumentar los beneficios de grandes empresas privadas que se burlan de la vertebración del territorio y del derecho al transporte de todos y todas.

Las estaciones no deben convertirse en centros comerciales; la prioridad debe darse al mantenimiento y reparación de la red más que a la construcción de nuevas infraestructuras; estas sólo son útiles si permiten captar flujos del tráfico rodado o aéreo hacia el ferrocarril, dadas sus ventajas medioambientales.

Igualdad de derechos para todas las personas trabajadoras del ferrocarril, para evitar el dumping social.

El servicio público ferroviario es también la restauración y los servicios a bordo, la limpieza de trenes y estaciones, los servicios al usuario, el mantenimiento del material de las vías y las instalaciones, entre otros. No hay ninguna razón para que estos trabajadores y trabajadoras no dispongan de los mismos derechos laborales que el conjunto del personal ferroviario. La externalización de numerosas actividades mediante la subcontratación, la creación de filiales, la transferencia total a empresas privadas, no tienen ninguna justificación técnica y no mejoran la calidad del servicio ofrecido. No sirven más que para disminuir los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y enriquecer a los empresarios.

Reivindicamos la igualdad de derechos de todo el personal que trabaja directa o indirectamente en la explotación ferroviaria, en base a la regulación de los Convenios Colectivos de la empresa pública.

El transporte ferroviario es vital para la sociedad.

Debe garantizarse por las empresas públicas, ya que el interés de las empresas privadas no es el servicio a la comunidad sino el enriquecimiento de sus accionistas. La privatización del sector ferroviario significa trenes más caros, cierre de líneas que ellos consideran “no rentables”, la concentración sobre los mercados más jugosos, el abandono de los tráficos regionales y de las líneas transversales de cada país a favor de rutas europeas de alta velocidad, y la degradación de la seguridad ferroviaria. Los sucesivos “Paquetes Ferroviarios” refuerzan la liberalización del sector ferroviario; la Comisión Europea intenta reforzar aún más esta deriva dogmática a través del “Cuarto Paquete” que será debatido en los próximos meses en el Parlamento Europeo.

Juntos defendemos los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras del ferrocarril. Nos negamos a competir entre nosotros y reivindicamos un servicio público ferroviario, seguro, ecológico y útil a la sociedad.

Ferrocarriles, transportes públicos, servicios públicos.

El sector ferroviario no es algo aislado. Son todos los servicios públicos y el derecho al transporte los que están siendo atacados. La acción europea de los ferroviarios y las ferroviarias que estamos construyendo se inserta en un movimiento más grande y lo refuerza. Es necesaria otra política de transportes que responda a las necesidades de la población y se apoye sobre aspectos ecológicos y sociales.

Nuestras organizaciones sindicales reafirman su voluntad de trabajar conjuntamente por un servicio público ferroviario que responda a las necesidades sociales de la ciudadanía, gestionado por empresas públicas con un Convenio Colectivo para todas las personas trabajadoras. Con todos los sindicatos que rechazan la privatización y la fragmentación de las empresas públicas ferroviarias, construyamos un movimiento unitario, agrupando a los ferroviarios y las ferroviarias de toda Europa en una acción de huelga.

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SFF/CGT Sindicato Federal Ferroviario Confederación General del Trabajo Estado español
SF-Intersindical Sindicato Ferroviario Confederación Intersindical Estado español
CGSP Cheminots Centrale Générale des Services Publics Cheminots Bélgica
ORSA Ferrovie Organizzazione Sindicati Autonomi e di base Settore ferrovie Italia
USB Rail Unione Sindicale di Base Rail Italia
LAB Langile Abertzaleen Batzordeak País Vasco
Giu’ le mani dall’Officina FFS Bellinzona Suiza
SUD-Rail Solidaires Unitaires Démocratiques Union syndicale Solidaires Francia

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