Hasta la fecha en el GUNE ha imperado el común de los dominadores, es decir ELA y LAB. Al resto de organizaciones sociales y sindicales, las tratan de satélites. En el GUNE no ha primado la horizontalidad, no es una asamblea de iguales ya que estos dos sindicatos exhiben su prepotencia y se colocan por encima de los demás. Sus propuestas son más imposiciones que consensos amplios.
El GUNE puede ser una gran oportunidad para sumar, para lograr consensos amplios, para ser un arma colectiva donde rehacer solidaridades y la carta no debe ser otra cosa que el denominador común de los derechos y libertades. Las imposiciones anulan el debate, minan a los disidentes y provocan la desunión.
El viernes en Altsasu se va a desarrollar la segunda asamblea del GUNE, ahora autodenominada como Asamblea Nacional de los Movimientos Sociales y Sindicales de Euskal Herria y se va decidir la metodología y el grupo promotor. La primera asamblea se realizó el 25 de Mayo en Eibar y ya disponemos del acta.
En ésta se detalla el porqué y para que de la carta. Nos vienen a decir que el poder económico (no sabemos si el vasco o la Troika) decide las políticas públicas, que la economía está al servicio de banqueros y especuladores, que la riqueza se distribuye injustamente, la estrategia seguida por los gobiernos español y francés está destruyendo las conquistas sociales (al gobierno vasco ni se mienta), que los derechos son atendidos en función de las disponibilidades presupuestarias; decreta desde el poder para despojar a la sociedad vasca de la capacidad de decidir sobre su futuro (como si los pueblos de España y de Europa pueden decidir su futuro).
En el para que de la carta de derechos sociales, dice que las cosas se pueden hacer de otra manera, que la prioridad deben ser las personas, que el enriquecimiento particular es a costa del empobrecimiento general, que E.H. no puede soportar por más tiempo estás políticas que nos alejan más de Europa y nos acercan más a España ( Los pueblos de España, Portugal, Grecia, … si pueden soportarlo)
Para ello proponen que el OBJETIVO del movimiento social y sindical tome la iniciativa para que las instituciones garanticen los derechos e impidan que los partidos políticos impongan decisiones ajenas. (Parece que el capital vasco no impone nada). Para ello proponen un cambio social y político, un nuevo modelo justo y solidario sin más imposiciones ni injerencias que la voluntad popular.
Si de verdad nos une lo social y no lo político como indica el primer grupo de trabajo “trabajando los principios”, se puede seguir adelante. Si nos empeñamos cada organización en nuestros inmutables principios, seguiremos la estrategia del amo: la de la división y del sectarismo.
