La dirección de esta empresa multinacional, no atiende a la propuesta realizada por la representación sindical, no quieren readmitir a los dos trabajadores despedidos.
No quieren negociar, para esta empresa el personal es basura de usar y tirar. Se ensañan con las personas más débiles, con los mayores, se les condena al paro y a la precariedad social.
Pretenden cambiar salarios decentes por salarios indecentes, personal fijo por personal sumiso, sin convenio, sin derechos y a tanto por hora. Esto es violencia empresarial, legalizada por la reforma laboral, decretada por una patronal sin rostro y ejecutado por unos mercenarios bien pagados (en este caso una mercenaria).
Pide la protección de la Ertzaintza, cuando la violenta es ella, la molestan los gritos cuando se hace la sorda, nos agreden con despidos y se hace la agredida, porque quiere que seamos sumisos ante su violencia y el abuso empresarial.