Ante la posibilidad de una reforma fiscal que persiga el fraude fiscal, la equiparación de las rentas de capital y de trabajo, el aumento de la progresividad en los tramos altos de las rentas, y aprobar medidas temporales anti-crisis a las rentas más altas, el presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, lanzó este jueves un mensaje de alarma que suena a amenaza.
Anteriormente la patronal ha presionando para que el PNV, vía impuestos y mediante la utilización de los fondos de pensiones, logre 600 millones de euros a fondo perdido o intereses bajos. Estos fondos que teóricamente serían para la creación de empleo, la patronal vasca ante las bajadas de las ventas y fundamentalmente de las exportaciones, quiere utilizarlos para sanear las empresas vía EREs.
Ahora, Lujua nos viene con la alarma y el cuento de que «La industria se nos está muriendo», pide que «es necesario adoptar medidas extraordinarias» , o sea, dinero público y lamenta las dificultades de todo tipo que tienen en estos momentos las empresas para resistir en esta situación y ganar cuotas de mercado: la presión fiscal, las dificultades crediticias y la confrontación sindical que reclama mejoras salariales. Es decir piden rebaja fiscal, rebaja de salarios y aumento de la jornada laboral en los convenios
Cínicamente afirma que «La causa de esta situación no es la reforma laboral», sino el hundimiento del consumo interno y las dificultades para exportar que están ligadas a las deficiencias en materia de competitividad. Lo de siempre: más para los empresarios; que ellos liquidarán parte de los puestos de trabajos fijos y bien pagados para sustituirlos por puestos de trabajo precario, eventual y mal pagado.