La mayoría, cuando asisten a las sesiones, no tienen ni idea de lo que se trata. Si no, ver este vídeo de la Comisión de Justicia, …
Esta lianta -más que una loca haciendo testamento- se llama Isabel Revuelta de Rojas, una madrileña de 41 años, casada con Eduardo Serra Sintes. Es descendiente del Conde de Arran y del linaje surgido, varias generaciones atrás, del matrimonio entre Charles Howard Hamilton y Maria del Carmen Monteverde Cambreleng, es decir pertenece a los Hamilton-Monteverde de toda la vida. Hija de Alfredo Revuelta Pérez y de Amparo de Rojas y Cárdenas. Su abuela fue la marquesa consorte de Dos Aguas y de Algorfa, vizcondesa de Betera. Su abuelo fue magistrado, caballero del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña y caballero de Justicia de la Orden Constantiniana de San Jorge. Fue la primera mujer que ostentó un alto cargo en el ministerio de Defensa español, al ser nombrada Secretaria General Técnica por Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde. Isabel es una gran facha autóctona española, expresión que utilizan en España para designar a ese tipo de defensores de un conservadurismo rancio, de raiz católica, cuyo eje vital gira siempre alrededor del poder institucional, la mayoría suelen ser funcionarios, registradores de propiedades, notarios, militares, jueces o policías togados (fiscales), una casta parásita que ha sido desde hace siglos el auténtico cáncer de la modernidad libertadora de los españoles.
La vemos actuando como letrada asesora de la Comisión de Justicia del Congreso de Diputados, organizando un soberano lío en torno a la aprobación de un proyecto de ley de modificación del Código Penal. Hay que reconocer que el desorden se debe, más bien, a la ineptitud del presidente de la Comisión, el facha autóctono madrileño Alfredo Prada, que acude a la misma sin tener ni idea de los detalles de procedimiento, confiado en que ese trabajo lo debería hacer Isabel.
Imágenes expresivas de la vagancia y parasitismo de los diputados españoles, que se limitan a hacer acto de presencia, apretando botones o levantando el brazo, de acuerdo con lo que previamente les han indicado sus jerifaltes de partido. Una pura comedia o farsa seudodemocrática, que les permite un “modus vivendi” facilón y corrupto, ignorando por completo a los ciudadanos a los que no representan para nada.
