Inicio TemasCharlas Carlos Taibo, en una brillante exposición, analiza la participación del anarquismo en la Revolución Rusa y sus enseñanzas.

Carlos Taibo, en una brillante exposición, analiza la participación del anarquismo en la Revolución Rusa y sus enseñanzas.

por Juan

Para Carlos Taibo el mundo del anarquismo de hace 100 años no se conoce o para cierta gente tiene interés limitado. Las razones del porqué ha escrito el libo «Anarquismo y revolución en Rusia1917-1921», se basan en dos líneas de trabajo, una la vinculación de la Revolución Rusa con el anarquismo y otra por el interés que despierta la celebración del 100 aniversario, donde se dan varias cosmovisiones; una liberal para quien la Unión Soviética fue un sistema impresentable que marcó los derroteros del siglo XX ; otra que la presenta como un colmado de virtudes y una nueva, la libertaria que merece la pena rescatar.

El libro es un viaje al pasado donde se intenta rescatar tres cuestiones. La primera que no es un libro sobre el anarquismo ruso, sino que tiene como objetivo en colocar al anarquismo ruso en relación con los grandes movimientos populares. La segunda que no es un libro sobre la Rusia del primer cuarto del Siglo XX y por último que no es un libro neutro, sino que expresa simpatía por el anarquismo ruso y es un libro militante.

En el primer capítulo del libro se analiza la onda libertaria antes de la revolución rusa, una cultura política muy hostil al Estado que se revela a través de las revueltas agrarias. En el capítulo 2, se analiza el Populismo ruso y la relación con el movimiento libertario. El populismo fue un movimiento socialista que se mantuvo hasta después de la revolución y defendió la comuna rural y las cooperativas de artesanos. El populismo ruso plantaba una vía de transición al socialismo, diferente de la mantenida por Marx a través de desarrollo del capitalismo.

En el capítulo 3, se analiza la revolución de Febrero que acabó con el Zarismo que propició en aumento del anarquismo ruso con la ebullición de los soviet y de los comités de fábrica. Lenin con un gran talento táctico, pero no estratégico impuso en el partido bolchevique las Tesis de Abril; de todo el poder para los soviet. Lenin después de la revolución de Octubre, olvida estas promesas y establece la dictadura del partido. Los anarquistas enseguida se dan cuenta del fiasco.

En capítulo 4 se analiza el periodo que va desde 1917 a 1921, lo que ocurrió entre las cuatro estructuras principales; los soviet; los comités de fabrica, comunas rurales y los sindicatos, donde el afán de los bolcheviques se centró en anular la autonomía y las formas autogestionarias de estas estructuras e imponer una estructura jerarquizada y verticalizada, llegando a una conclusión importante: la negación de la autonomía de base, no es un fenómeno vinculable con la figura de Stalin, sino con lo que hicieron fundamentalmente Lenin y Trotsky.

En el capítulo 5, desde una posición libertaria se critica al poder bolchevique desde una posición que no se hizo 20 años más tarde en la revolución española, una crítica a la situación de las mujeres y a un modelo productivo impuesto por los bolcheviques, que con el loable propósito de preservar la revolución en la guerra civil, acabará con la revolución en la medida que se introdujeron medidas para liquidar la autonomía y la persecución y represión de las organizaciones de base, la militarización de la economía y la gestación de un ejército convencional llevada a cabo por Trotsky, la generación de un capitalismo de Estado y una gran burocracia, con el convencimiento de que una vanguardia disponía de una ciencia social que les otorgaba la línea correcta.

En los capítulos 6 y 7, se dedica a estudiar las revueltas de Kronshtadt y la Majnóvshina, dos movimientos diferentes, el primero fue un movimiento urbano que duro 2 semanas y el segundo un movimiento rural ucraniano, que constituyó un ejército popular que duro 3 años, ambos no fueron movimientos de carácter libertario. La revuelta de Kronshtadt fue un movimiento de base pidiendo volver a los principios de la revolución, es decir; todo el poder para los soviet. La Majnóvshina recibe el nombre del líder de la misma Nestor Majnó, no usual en el anarquismo, que fue un movimiento interesante porque cuando este ejército popular ocupaba una aldea enseguida se convocaba una asamblea y se la daba plena autonomía. El proyecto de la Majnóvshina fue lastrado porque tuvo que luchar contra el ejército blanco, contra los nacionalistas ucranianos y contra los bolchviques.

El capítulo 8 es un capítulo breve que pretende informar sobre el anarquismo ruso a partir de 1921, donde prácticamente desapareció de la presencia pública durante 68 años. En el capítulo 9, recoge 5 conclusiones. La primera de ellas es que es un libro donde Lenin y Trotsky salen malparados, fundamentalmente la figura trágica de Trotsky porque nunca acometió ninguna crítica, reprimió la revuelta de Kronshtadt, fue uno de los responsables de la gestión de un poder totalitario que después criticó con cierto talento.

La segunda conclusión es que el régimen soviético fue un régimen de capitalismo burocrático de estado. La tercera conclusión es que si ciertas medidas que tomaron los bolcheviques fueron obligadas por la guerra poque no les quedaba más remedio, lo que lleva a la pregunta del porqué estas medidas no eran cuestionables y por qué estas medidas se hicieron permanentes, teniendo en cuenta que la guerra civil les vino bien a los bolchviques para imponer su proyecto jerárquico.

La cuarta conclusión es que la división del mundo libertario ruso no apareció en el escenario español porque existía la CNT como una gran organización anarcosindicalista, que en su interior había la corriente anarcocomunista y se tradujo en una organización potente y con peso. La quinta conclusión es que hay dos grandes maneras de ver el anarquismo, una concepción doctrinal donde se tiene un nutrido grupo de pensadores y otra concepción que existe desde que el ser humano adquirió dimensión social y se organizó de forma autogestionaria y de apoyo mutuo. La concepción doctrinal no se percató de la presencia de estas comunidades originarias, que han constituido la mayor presencia en la humanidad con la excepción de las sociedades patriarcales, estatales y capitalistas.

Lo que nos está llegando en estos últimos años desde los países del sur, como Chiapas (Mexico) o desde el Kurdistan guardan una relación con esta última observación plantea que en estos países de Sur están emergiendo propuestas libertarias que no guaran elación con los teóricos del anarquismo, sino que son organizaciones espontáneas que se guían por la percepción autónoma de la realidad.

 

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