El pasado mes de noviembre, la confianza del ciudadano en la situación política fue la peor de la historia de la democracia de España: el 60,9% la calificaron de “muy mala”
Patricia Ruiz / Rocío Sánchez
21 de diciembre de 2014

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Los últimos años se han caracterizado por un gran movimiento en la calle y una creciente desconfianza en la política y sus representantes que ha coincidido, además, con la crisis económica.Uno de cada cuatro ciudadanos ha participado en alguna manifestación en 2013, una media muy superior a la de otros países europeos en los que es un 10% de la ciudadanía el que se moviliza. Otro dato: más mitad de los españoles confía en que las movilizaciones ciudadanas pueden cambiar la sociedad.

Las protestas están muy ligadas al empeoramiento de la situación económica y al descrédito del ciudadano, que en lo que respecta a la política se encuentra en su punto máximo. Justo el pasado mes de noviembre, la confianza del ciudadano en la situación política fue la peor de la historia de la democracia de España. El dato es del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) e indica que el 60,9% de los encuestados tilda de “muy mala” la situación política que vivimos. Las cuotas de descrédito han ido en aumento desde el año 2011, aunque, como se ve en el gráfico, el primer salto notable fue del 2008 al 2009 (cuando empezó a ser más evidente la crisis con, por ejemplo, la caída de Lehman Brothers).

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¿Cómo canaliza el ciudadano esa desconfianza? Más allá de la obvia opción de participar en las elecciones democráticas para cambiar a los políticos, el debate lleva años instalado en la necesidad de que se creen más y nuevas posibilidades de participación. Actualmente, existen diferentes vías como las iniciativas legislativas populares, las plataformas ciudadanas, el asociacionismo o las manifestaciones y protestas. En este último caso, y según datos de la Fundación Foessa de Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, en España el 22,9% de la población dice haber participado en alguna movilización en el último año. Prácticamente, uno de cada cuatro ciudadanos. El porcentaje es alto, sobre todo, si tenemos en cuenta que en países como Bélgica, Alemania, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Suecia o Reino Unido ese porcentaje no llega al 10% (datos de la Encuesta Social Europea).

Resulta interesante, en este aspecto, que más de la mitad de los ciudadanos, en concreto el 52,3%, considere que si hubiera más movilizaciones ciudadanas se podría cambiar la sociedad, es decir, en España hay una idea de que la movilización, al menos como idea, sirve para promover los cambios. (No obstante, no es ese 52,3% el que participa, sino sólo el 22,9%).

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Ley de seguridad ciudadana

El protagonismo que adquirieron las movilizaciones ciudadanas en España, y que tuvo un momento culmen en el conocido 15M de 2011, se ha mantenido durante gran parte de la legislatura del actual presidente, Mariano Rajoy. En esta línea, la polémica ha llegado con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que el Partido Popular aprobó el pasado 11 de diciembre en solitario y gran rechazo de la ciudadanía. Las críticas apuntan que la norma no es necesaria en un país en el que las protestas son pacíficas (según el sindicato de policías Unipe ni el 1% son violentas) y denuncian que vulnera derechos fundamentales porque atenta contra la libertad de manifestación y protesta. (Vea el reportaje ‘La ley del silencio’).

“Cada vez hay menos personas críticas con las protestas, otra cosa es que la gente salga a protestar”, explica Alba Villanueva, responsable de prensa de la Plataforma ‘No Somos Delito’. “No hay tanto reflejo en la calle porque la gente lo está canalizando de otras formas, como en iniciativas políticas, por ejemplo. Podemos está creando un efecto desmovilizador en la calle, y digo Podemos por destacar alguno. Hay otros muchos que están haciendo que la gente tenga más ilusión en la política que en la calle”, asegura la activista.

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Desde plataformas como ‘No Somos Delito’, formada por más de 70 organizaciones de activistas, juristas y ciudadanía, aseguran que Ley de Seguridad Ciudadana, que han bautizado como ‘Ley Mordaza’, tiene que ver también con el descenso de las protestas en la calle porque la ley “es un ataque directo a derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución como la libertad de reunión o libertad de expresión, restringiendo su libre ejercicio con la aplicación de multas desproporcionadas que van desde los 100 hasta los 600 mil euros“. En esta línea, el sábado 20 de diciembre se desarrollaron manifestaciones en más de 30 ciudades, incluidas Berlín y Atenas. “Han salido todas las que estaban convocadas. En Madrid creemos que habrá habido entre 3.000 o 4.000 personas”, añade Alba Villanueva.

Fuente: http://www.linkterna.com/wp-content/themes/linkterna/noticia.php?p=926

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