bangladesh-efeTambién tenemos nuestra responsabilidad las personas que compramos estos productos, que llenan nuestros escaparates de balones de fútbol cosidos por niños esclavos, de espléndidas zapatillas deportivas manufacturadas por ancianas en cuchitriles fétidos, de pantalones vaqueros lavados a la piedra que provocan silicosis y nunca preguntamos por las condiciones de trabajo y de vida de las personas trabajadoras que las realizan.

El trágico incendio que se desató el miércoles en un edificio comercial de ocho plantas en Bangladesh, en el que trabajaban más de 3.000 personas en el momento del origen del fuego, se ha cobrado casi 300 muertes y un millar de heridos. Un millar de personas siguen desaparecidas bajo los escombros.

Un funcionario de la industria ha dicho que 3.122 personas, principalmente mujeres que fabricaban prendas de vestir que cobraban 28 euros al mes y hacían jornadas laborales interminables, estaban en el interior del edificio a pesar de las advertencias de que era estructuralmente inseguro. Estos fallos en la estructura han sido los responsables del derrumbe del edificio al producirse el fuego.

En cuanto al derrumbe del miércoles, a pesar de que un día antes las autoridades habían avisado de que el edificio contaba con numerosas grietas, sus jefes les pidieron que acudieran al trabajo.  “Ninguno de nosotros quería entrar al edificio, pero nuestros jefes nos forzaron”, dijo el día del accidente Nurul Islam, uno de los trabajadores heridos.

La policía detuvo este sábado a dos de los dueños de los talleres textiles que alojaba el edificio y dos funcionarios municipales que aseguraron un día antes del accidente que el inmueble era seguro. El dueño del edificio Rana Plaza, Sohel Rana, que pertenece a la rama juvenil de la Liga Awami -el partido gobernante en Bangladesh-, se encuentra prófugo y está acusado de usar sus contactos en la política para obtener el permiso para construir en terreno público.

David Mayor, un empresario español copropietario de una fábrica textil del edificio, también está en busca y captura por “homicidio por negligencia”. Mayor es el director general de Phantom-Tac, un empresa conjunta a partes iguales entre Phantom Apparels (de Bangladesh) y Textile Audit Company (de España), instalada en más de 2.000 metros cuadrados en el edificio derrumbado, según el sitio web de la empresa.

Según datos de la Federación Nacional de Trabajadores del sector Textil de Bangladesh, en los últimos 15 años ha habido unos 600 muertos y 3.000 heridos en accidentes ocurridos en fábricas textiles (incendios o derrumbes) en el país.

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