Ganan peso los conflictos derivados de la negociación colectiva, que vuelven a niveles de 2008. La mayoría de jornadas no trabajadas en 2017 se concentraron en huelgas no relacionadas con motivos laborales, debido principalmente a los paros catalanes del 3-0 y del 8-N.
Más huelgas, más participantes, más horas de trabajo perdidas. Es el resumen de 2017 a nivel de empresa, según los últimos datos de la Estadística de Huelgas y Cierres Patronales que publica el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Excluyendo los generales, se produjeron 729 paros con 225.687 participantes y 594.253 jornadas no trabajadas durante el año, con un aumento en este último punto del 52,7% respecto a 2016.
La mayor parte de la conflictividad se dio en el sector privado. Hubo 635 huelgas entre enero y diciembre, frente a las 75 registradas en el sector público. El resto, hasta 21 —incluyendo las dos huelgas generales del año—, fueron paros que afectaron en conjunto a los sectores público y privado.
Casi la totalidad de las huelgas de 2017 se dieron por motivos estrictamente laborales, sólo nueve escaparon a estas cuestiones. De las realizadas por cuestiones relativas al trabajo, la mayoría —el 68%— tuvieron que ver con procesos no derivados de la negociación colectiva.
Esa balanza, donde a un lado están las huelgas convocadas tras sentarse a las mesas de negociación y las que se producen por otras cuestiones siempre dentro del ámbito laboral, se ha inclinado tradicionalmente del lado de estas últimas. Sin embargo, ganan peso los conflictos resultado de la negociación colectiva en 2017 respecto a 2016 (dos puntos porcentuales más) y se colocan en niveles de 2008.
Por sectores, solo la construcción registró un descenso de jornadas perdidas por huelgas. Fueron 9.659 el año pasado, lo que supone un descenso del 60% respecto a 2016. En el caso de los sectores industrial y agrario las jornadas no trabajadas se duplican en el último año y en servicios el aumento es del 34%.
AUMENTA EL CONFLICTO POR LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA
En enero y febrero de 2018 se sigue la misma tendencia: aumentan las horas perdidas por huelgas un 48%, en este caso según los cálculos que realiza la patronal CEOE. En los dos primeros meses del año ha habido tres huelgas más que en 2017, hasta llegar a 12 y el número de trabajadores implicados se multiplicó por seis.
Si se ve la tendencia dibujada por los datos del Ministerio de Empleo, se observa que esta continúa al alza: aumentan los conflictos derivados de la negociación entre trabajadores y empresarios.
Sin embargo, la conflictividad general desciende en el arranque de 2018, siempre según los estudios de la patronal. Entre enero y febrero, se han producido 109 huelgas con 14.887 trabajadores implicados y 907.876 horas de trabajo perdidas. El número de huelgas cae un 22,7%, el de trabajadores implicados un 7,4% y el de horas perdidas un 15,51%.
Contrastan los datos generales con los que presenta el sector público. Aquí igualmente descienden las huelgas —un 45%— y los trabajadores que participan —un 6,4%—, pero suben con fuerza las horas de trabajo perdidas por causa del conflicto laboral: un 59,2%.
HUELGAS NO LABORALES EN CATALUNYA
En 2017 se registraron nueve huelgas no relacionadas con motivos laborales. Sobre el total no representan ni el 1%. Sin embargo, agrupan la mayoría de jornadas no trabajadas de todo el año. Esto se explica porque dos de esos paros fueron generales, y ambos se localizaron en Catalunya.
En conjunto, fueron 2.530.081 jornadas perdidas por huelgas convocadas con motivos no estrictamente laborales frente a las 570.000 de paros por conflictos de trabajo. Los paros convocados el 3 de octubre y el 8 de noviembre en Catalunya aglutinaron el 99% de las jornadas no trabajadas en huelgas no laborales.
La del 3-O fue convocada por los sindicatos CGT, CNT, COS, Intersindical-CSC e Intersindical Alternativa de Catalunya. La del 8-N fue apoyada por Intersindical-CSC. En el primer caso, los paros se organizaron como protesta por las cargas policiales durante la jornada del referéndum del 1 de octubre. En el segundo, el motivo principal tuvo que ver con el decreto del Gobierno aprobado para facilitar la salida de empresas con actividad en Cataluña.